Texto de Rodolfo Perri
Como consecuencia de una permanente atracción que registré, niño aún, de la mano de mis padres, en muchos viajes a las islas del Delta, fui acumulando una serie de sucesos muy particularmente ligados a su situación de tierra con grandes sectores aún vírgenes, en los cuales la fauna y flora se mantienen fuera de la mano del hombre.
Dichos rincones, veces corresponden a sectores de bancos de barro y arena que con el tiempo, y gracias a la constante sedimentación de las aguas, se transforman en islas con enormes árboles, y que permanecen por años sin ser explotadas.
Escuchá el texto completo en la columna de Juan Ferrari para Radio Perfil FM 101.9.
Comentarios