Mi sensibilidad a veces me enoja.
Me animo a contarles porque puede pasarles también, más probable incluso que le suceda a otras mujeres, tan solo porque demasiados hombres quedan aún hoy que no se atreven a que la sensibilidad los lleve puestos.
Parece de vulnerables, de hombres “poco hombres”, cuando, por el contrario, sería tan evolucionado dejar paradigmas del pasado, cuestiones de otro tiempo, y envolverse en un manto de emociones que permanezcan allí, casi al salir, sueltas o resguardadas, pero allí, en cada uno.
Mi sensibilidad me enoja, me molesta por momentos, pero me gusta en tantos otros, me hace sentir más viva que nunca. Me hace vibrar mejor, entender que hay un corazón que late fuerte y un alma que se deja atrapar.
Pero me enoja, porque se pone inapropiada, se pone atrevida, casi irrespetuosa, intentando hacerse ver en lugares donde no se puede, y hasta coartando la posibilidad de decir cosas que quiero decir porque temo llorar.
Me hace bien llorar, aquellos que lo repriman, no lo hagan. No lo repriman si están solos. Tal vez les pasa, como a mi, y tengo que decirles si, yo también lo reprimo.
Me hace bien llorar, pero no era ahí, no en ese momento.
Estaba en primera fila del XII Fórum Nacional de Agronegocios, organizado por LIDE Argentina. Los nervios propios de tener que moderar un panel super importante para mi, estaban haciendo lo propio.
Que esos nervios se produzcan tras 20 años de carrera, habla del respeto y la pasión que tengo por lo que hago. Allí estaba cuando Rodolfo De Felipe, presidente de LIDE invita a escuchar juntos las primeras estrofas de la canción más linda, así la describió, así comenzaba a construirse el nudo en mi garganta.
Escuchar el HImno Nacional Argentino, me ha emocionado más de una vez, pero imaginense ahora, vuelvo a vivirlo con ustedes al contarlo: Pantalla gigante, imágenes recopiladas de nuestra querida Patria, toda, de norte a sur de este a oeste. Todo nuestro país reflejado en imágenes que hasta reúnen a los deportistas más grandes de nuestra historia, Borges aparecía, y el corazón se derretía, cultivos, animales, científicos, lobos marinos, nuestra gente en el norte, los esteros, la cordillera, el mar, las industrias, los molinos, las calles y las avenidas, el Obelisco porteño. Las salinas, los glaciares, las cataratas, las praderas, el campo todo, diversificado y en imágenes.
La Argentina toda, en pocos minutos, con ese himno instrumental, que si tuvieras que cantar quisieras hacerlo, pero no podrías. Si te pasa como a mí, los ojos se te llenan de lágrimas, la congoja se estremece y el corazón palpita.
El XII Fórum Nacional de Agronegocios de LIDE fue un encuentro maravilloso con disertantes de primer nivel. Nos daremos el gusto de profundizar hoy algo de eso y otro poco quedará para la próxima.
En cuanto a lo que tocó, como moderadora del panel político, tuve la posibilidad de coordinar los testimonios de los asesores en temas agro de los candidatos Patricia Bullrich y Sergio Massa. Estuvieron Guillermo Bernaudo y Juan Jose Bahillo, respectivamente. Lamentamos que nadie de La Libertad Avanza pudo estar.
Allí se habló de futuro, apalancados en presente y pasado. Hubo algunas pocas coincidencias y muchas diferencias, pero siempre cordiales y en orden.
Cerré el panel con el título del mismo: “El futuro del agro en juego”. Me pregunté y ofrecí al auditorio que se formule el siguiente interrogante: ¿En qué juego estamos?
Yo no lo encontré, recorrí los tradicionales de mesa, alguno más nuevo, pero no pude hallar una semejanza empática que inspire en este punto.
Por eso, les pido, a ustedes también, que se pregunten: ¿En qué juego estamos?
Es nuestro país, el país que tenemos, el país que podemos.
Es nuestro país, el que construímos, el que Dios, la energía, el universo todo nos otorgó.
Es nuestro país, el que trabaja, el que pelea, el que lucha.
Es nuestro país, el que se desangra por alcanzar los sueños.
Por favor, no bajemos los brazos, luchemos, una vez más y todas las que sean necesarias, por nuestro país.
por Jorgelina Traut
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