El 29 de octubre de 2015 China anunció el fin de la política del hijo único y permitió dos hijos por pareja.
Durante décadas se estableció una política que impulsaba a las familias a tener un solo hijo.
En 2015, el Partido Comunista determinó abandonar la controvertida norma de planificación familiar.
Fue porque los chinos observaron un veloz envejecimiento poblacional en paralelo con la caída de la mano de obra en el trabajo entre 15 y 59 años, en el marco de las leyes del país asiático.
Varios estudios, entre ellos los de las Naciones Unidas, proyectaron para el 2050 que habría 440 millones de personas mayores de 60 años, lo cual significaba una gran presión a la asistencia estatal, incluida la atención médica.
Tuvieron que revertir lo más rápido esa proyección, ante la cifra de 1.300 millones de habitantes en China en 2015.
Desde que se puso en 1979 la orden de un hijo por pareja, el Gobierno chino evitó 400 millones de nacimientos.
A su vez, esa medida provocó que las parejas no quisieran tener más de un hijo por el elevado costo de vida.
No obstante, las autoridades recurrieron a la violencia para acabar con los embarazos, esterilizaciones, abortos forzosos e infanticidio sufridos por su población.
Sin embargo, analistas demográficos en China aseveraron que la medida de dos hijos por pareja era demasiado tarde ante la amenaza de la crisis laboral.
Entre la opresión y los problemas económicos, la nueva implementación de poder tener dos hijos se encontró con una sorpresa: de los 11 millones de parejas que cumplían con los requisitos, solo un millón y medio había solicitado el permiso.
Es decir, la nueva medida sobre los esfuerzos de incrementar los índices de natalidad no resultó eficiente.
Además, la situación puso en jaque la idea de un crecimiento económico mientras la política de natalidad reestructuró la sociedad, a tal punto que, por ejemplo, los milenians no tuvieron hermanos.
De este modo, las autoridades chinas comenzaron a incentivar con apuro que las parejas tuvieran dos hijos.
Sin embargo, los expertos en demografía advirtieron que era difícil cambiar la conducta reproductiva de las personas.
La idea de tener un segundo hijo fue descartada a causa de la discriminación laboral, los costos de la educación y las restricciones sociales para las familias grandes.
Ante esta tendencia, en 1984 el gobierno chino permitió a las parejas del campo cuyo primogénito fuera una niña tener un segundo hijo.
Pero el nivel de crecimiento no cambió, y en un estudio en 2017 indicó que la fuerza laboral en China podía perder 100 millones de personas entre 2020 y 2035.
Por eso, la política del hijo único en China que fue instaurada en 1979 terminó a finales del 2015.
Luego, el censo en 2020 demostró que la población china seguía creciendo a un ritmo lento.
Eso obligó, otra vez, a tomar decisiones desde el Estado, y en 2021 se permitió que las parejas tuvieran tres hijos, medida que se mantiene en la actualidad.
El 29 de octubre de 2015 China anunció el fin de la política del hijo único y permitió dos hijos por pareja.
La historia también es noticia en Radio Perfil. Guion de Andrés Ruíz y locución de Pita Fortín.
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