A fines del siglo XIX, se radicó en el país la prestigiosa actriz española María Guerrero, quien popularizó y extendió el teatro profesional gracias al éxito comercial de varias de sus adaptaciones de clásicos de la literatura.
Tras la apertura de varios teatros, Guerrero y su esposo, Fernando Díaz de Mendoza, reservaron en 1918 una parte de su fortuna para la creación de su propio teatro que se llamaría Miguel de Cervantes, en homenaje al gran novelista, poeta y dramaturgo.
El proyecto iniciado por Guerrero, una joven de apenas 30 años, llamó la atención tanto de la alta sociedad porteña, como del mismísimo rey de España.
En efecto, Alfonso 13 colaboró con su construcción encargando accesorios artesanales, materiales y elementos para la escenografía.
Incluso ordenó que todos los buques de carga españoles que llegasen a Buenos Aires transportaran obligatoriamente elementos artísticos para el Cervantes.
Los responsables de construir el edificio de estilo barroco español fueron los arquitectos Fernando Aranda y Emilio Repetto, quienes tenían a su cargo el trabajo de cerca de setecientas personas entre obreros, operarios y escenógrafos.
Los ornamentos del majestuoso teatro fueron realizados en diez ciudades españolas. Los azulejos en Valencia; las losetas para el suelo en Tarragona; las puertas para los palcos en Ronda y las butacas para la platea en Sevilla.
También colaboraron las ciudades de Barcelona, Toledo y Madrid, entre otras.
El Cervantes corrió el telón por primera vez, el 5 de septiembre de 1921, para presentar la célebre comedia de Lope de Vega “La dama boba”, interpretada por la fundadora de la sala, María Guerrero.
Los altos costos de mantenimiento y una administración ineficaz generaron una deuda millonaria, por lo que el teatro fue adquirido en 1924 por el Banco de la Nación durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear.
De esta forma, se convertía en patrimonio de todos los argentinos.
El Cervantes cuenta con tres salas, tanto para representaciones teatrales como de otras ramas artísticas.
La sala principal se llama “María Guerrero” posee una capacidad total para 860 espectadores y cuenta con una platea principal, palcos y balcones.
La sala “Orestes Caviglia”, instalada donde antiguamente funcionaba la confitería, permite un aforo de 150 personas y es apta para conciertos de cámara y para espectáculos de carácter intimista.
Por último, la sala “Luisa Vehil” no tiene ni escenario ni platea, lo que permite adaptarla según las necesidades del espectáculo.
El Cervantes, además, es uno de los teatros más queridos y respetados por los actores y actrices que pisaron su escenario.
En 1995, fue declarado monumento histórico y es, hasta el momento, el único teatro nacional de Argentina.
El 5 de septiembre de 1921 se inauguró en Buenos Aires el Teatro Cervantes. La historia también es noticia en Radio Perfil. Guion de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil FM 101.9
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