La orden de captura para el sacerdote, que por aquel entonces estaba al frente de la Fundación “Felices los Niños”, había sido dictada por el juez de Morón Humberto Meade.
Grassi se caracterizó por tener un perfil alto y por relacionarse con el poder político, mediático y empresarial de la Argentina.
Solía aparecer en el Prime Time de la televisión como representante de la moralidad, la ética y el compromiso hacia los más desprotegidos; y hasta llegó a ganar un Martín Fierro por un programa de radio que conducía.
“Felices los Niños”comenzó a funcionar a mediados de los 90 gracias al apoyo del gobierno menemista y con financiamiento privado.
El puntapié inicial fueron 5 millones de dólares y 65 hectáreas cedidas en 1993 por el entonces Ministro de Economía, Domingo Cavallo.
La obra tuvo su sede principal en la localidad bonaerense de Hurlingham, y llegó a tener hasta 17 hogares distribuidos en todo país, por los que transitaron más de 6 mil niñas y niños.
Gracias a una investigación periodística de Miriam Lewin y a la valentía de algunas de sus víctimas, la pesadilla quedó al descubierto públicamente.
La misma noche en que se conocieron las denuncias, Grassi fue a Canal 9 para hacer su descargo ante los periodistas Chiche Gelblung, Mauro Viale y Eduardo Feinmann.
Sin embargo, al enterarse de que la Policía Bonaerense lo estaba yendo a detener, se fugó y desapareció durante doce horas, hasta que decidió entregarse a la Justicia en el programa de televisión “Mediodía con Mauro”.
Julio César Grassi fue condenado, con sentencia firme, a 15 años de prisión por 17 cargos de abusos deshonestos contra tres niños que tenían 9, 13 y 17 años cuando se produjeron los hechos.
Ya estando preso fue nuevamente condenado a dos años más, esta vez por el delito de malversación de fondos y desvío de donaciones.
Tras las graves denuncias, “Felices Los Niños” siguió existiendo con fondos públicos hasta que, en 2017, se detectaron deudas millonarias con la AFIP y con proveedores, por lo que se decidió su cierre definitivo.
Ese mismo año, la Corte Suprema confirmó su condena a 15 años de prisión y en 2019 fue incluido en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual.
A pesar de todo, Grassi nunca fue expulsado de la Iglesia católica por lo que cuando cumpla su condena y quede en libertad, en el 2028, podrá volver a ejercer el sacerdocio.
El 23 de octubre de 2002, el cura Julio César Grassi fue acusado y detenido por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.
La historia también es noticia. Radio Perfil. Guion de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil FM 101.9
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