Fue en París, creció en el seno de una familia muy acomodada. Estudió en un colegio jesuita, que le dio amplios conocimientos de latín y griego. Pronto, empezó a frecuentar los famosos salones franceses donde se reunían los pensadores de la ilustración para debatir sus ideas más radicales.
Siendo joven, publicó unos escritos contra el Duque de Orleans que le valieron once meses de reclusión en la Bastilla, tiempo que pasó estudiando literatura. En 1717, fue liberado y desterrado a la comuna francesa Châtenay-Malabry, donde comenzó a utilizar el seudónimo de “Voltaire”.
Al poco tiempo, publicó su exitosa tragedia “Edipo” y luego “La Henriada”, un poema épico laudatorio de Enrique VI. Por una nueva disputa, esta vez con el noble De Rohan, fue encarcelado en 1726 y puesto en libertad con la condición de exiliarse en Gran Bretaña.
Allí entró en contacto con notables personalidades de la política y de la cultura, como Isaac Newton y John Locke. Cuando regresó a Francia en 1729, se dedicó a difundir todo lo que había aprendido de ellos. Al año siguiente, Voltaire publicó el drama “Bruto”, donde exaltaba la libertad, y luego lanzó una de sus obras más controvertidas “Cartas filosóficas”, en las que defendía la libertad ideológica y criticaba el despotismo francés.
Las reacciones a esta nueva publicación de Voltaire no se hicieron esperar. El Gobierno secuestró la obra y la quemó públicamente. Voltaire escapó como pudo y se refugió en el castillo de la marquesa Émilie du Châtelet, que lo protegió varios años.
Tras la muerte de la aristócrata, se reconcilió con la corte de Luis XV, quien lo nombró historiógrafo real, aunque la amistad del filósofo con los enciclopedistas impidió que el monarca le otorgara su confianza.
En 1750, aceptó la invitación del rey Federico II de Prusia para trasladarse a su corte donde fue nombrado académico, historiógrafo y Caballero de la Cámara real. Pero su idilio con la corte prusiana se rompió tras una violenta discusión con el rey, por lo que abandonó el país y se trasladó cerca de Ginebra.
En 1758, Voltaire adquirió una propiedad en la comuna de Ferney donde vivió durante 18 años y recibió a toda la élite intelectual europea. En 1778, poco antes de morir, fue homenajeado en París durante la representación de su obra “Irene”, quedándose en la capital francesa hasta su muerte, el 30 de mayo de ese año.
Voltaire fue uno de los máximos exponentes de la Filosofía de las Luces y el indudable precursor de la Revolución Francesa.
Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil
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