Elizabeth Alexandra Mary subió al trono, luego de la muerte de su padre, Jorge VI, el 6 de junio de 1952.
La ceremonia tuvo que ser un año después debido a la tradición que indica que la festividad es inapropiada de llevar a cabo durante el período de duelo que sigue a la muerte de un monarca.
Pese al gran debate que hubo dentro del gabinete británico de aquel entonces sobre la televisación de la coronación, fue Isabel quien insistió en que estuvieran presentes las cámaras y logró que fue vista por 20 millones de espectadores.
Isabel arribó a la Abadía alrededor de las 11 de la mañana, acompañada por una procesión compuesta por los Altos Comisionados de la Mancomunidad, portando estandartes con los escudos de armas de sus respectivas naciones.
Locución de Pita Fortín para Radio Perfil.
por Pita Fortín
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