Friday 26 de April de 2024
Perfil

Diana Mondino: "El Gobierno sabe perfectamente que los controles de precios no sirven."

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 03 de November 14:00

Directora de Relaciones Institucionales y profesora de Finanzas de la Ucema, se define a sí misma como “una economista rara”, dado que también suma la experiencia de haber sido directora de la región latinoamericana de Standard & Poor’s y la gestión en múltiples empresas. Con esa expertise, defiende las ideas de la ortodoxia económica. Dice que la secuencia de regulaciones del país es un problema para el desarrollo. Sostiene que hay una nueva agenda y cree que hay mucha gente dispuesta a adoptarla.

El 27 de marzo de 2001 apareció la siguiente noticia: “La directora de Standard & Poor’s de Argentina, Diana Mondino, señaló que la calificación de la nota de la deuda argentina bajó porque la dirigencia política argentina no demuestra ser consciente de la gravedad del problema fiscal y económico del país”, y luego lo mismo sucedió en diciembre, cuando nuevamente tuvo que volver a bajarle la nota. ¿Se puede comparar la situación actual a aquella?

Hay muchas similitudes pero, afortunadamente, también muchas diferencias. No fui yo quien la bajó. Standard & Poor’s es una organización global. Intervienen muchas personas. Hay un comité bastante amplio que decide este tipo de cosas que tienen muchísimo impacto en los mercados. A mí me tocaba poner la cara previa y posterior, buscar la información y decirlo. En ese momento, Argentina estaba con un problema de déficit no tan fácil de corregir. Ya habíamos pasado los años de Carlos Menem. Hasta el 95, 96, crisis del tequila y rusa mediante, el déficit se había ido reduciendo en base a vender las empresas públicas. Había endeudamiento, resultado de ir eliminando el pasivo contingente del sistema previsional. Las privatizaciones llevaban a una bastante mayor eficiencia en la economía. Algo muy doloroso para mucha gente que perdía su trabajo, pero muy beneficioso para la economía en su conjunto, que ganaba eficacia. Un equilibrio que no fue avanzando lo suficientemente rápido. Esa transición no fue bien interpretada de la misma manera cuando cambia el gobierno a Fernando de la Rúa y se hace un cambio. José Luis Machinea frena el poco crecimiento de la economía argentina. Eso ralentizó las expectativas. A fines de 2001, ya cuando habíamos cambiado de ministro tres veces, estaba Domingo Cavallo, que renuncia a fines del año. La crisis no fue 2001 exactamente. Fue en los últimos días de 2001 y principios de 2002. Allí se hicieron tres cosas simultáneas: el default de la deuda, la devaluación y la pesificación asimétrica, cosa que uno no podía entender. Me fui de vacaciones habiendo dejado mi sueldo y aguinaldo depositados con el razonamiento de que no tenía sentido que el gobierno devaluara. Ante una devaluación, se necesitan más pesos para comprar los dólares adeudados. Y si Argentina tenía toda su actividad ya dolarizada desde hacía exactamente diez años, no tenía ningún sentido. Ya había ocurrido el cambio de calificación. Argentina defaultea, con un déficit chiquito. Existía un horizonte de vencimientos no muy pesado. Se precisaba restringir el gasto público, que estaba alrededor del 23%/25%. Además de defaultearse, se devalúa, lo que encarece la deuda. Finalmente, se hace la pesificación asimétrica, que destroza el sistema financiero. La devaluación generó un problema al sistema financiero, mucho más el default, porque los bancos que tenían títulos públicos no tienen cómo hacer frente a los depositantes, y la pesificación asimétrica genera el corralito, el corralón. Todo en una sucesión muy rápida. La devaluación fue los primeros días de enero.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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