Han Kang, la reciente joven Nobel de Literatura, nació en Corea del Sur en 1970. Entre sus obras se están mencionando en especial La vegetariana, de 1994, ganadora del prestigioso Booker Internacional que además fue traducida por primera vez a una lengua occidental por la coreano-argentina Sun-me Yoon, para la editorial Bajo la luna.
Fueron ganadoras de premios también las novelas Actos humanos de 2017 y El libro blanco de 2018. Toda su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas. Sun-me Yoon, su traductora argentina, también tradujo La clase de griego que comienza de una manera sorprendente para un lector argentino.
Veamos como comienza La clase de griego traducida por Sun-me Yoon: “Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase «Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos». Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de la vida del escritor. Ella fue quien lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado.Un crítico escribió en su libro que esa breve frase grabada en su lápida representaba «el filo acerado». Sostenía que esa imagen era la llave que permitía el acceso a la obra de Borges, que esa espada separaba la literatura realista anterior de la escritura borgiana. A mí, en cambio, me sonó más a una confesión personal y callada. La breve frase es la cita de un antiguo poema épico nórdico. La primera y asimismo última vez que un hombre y una mujer pasaron juntos la noche, una espada colocada sobre el lecho separó a ambos hasta la madrugada. ¿Qué otra cosa pudo ser ese «filo acerado», sino la ceguera que aquejó a Borges en sus últimos años y lo aisló del mundo?”
Sin spoilear, diremos que la narradora de este fragmento inicial interpreta el epitafio del escritor argentino desde una lectura netamente biográfica que le permite establecer una analogía con el personaje del profesor de La clase de griego. Luego de este comienzo tan cercano a los lectores argentinos la trama se desarrolla pacífica y alternadamente entre estos dos personajes: el profesor y la alumna, y en esta nueva lectura podemos entender el filo acerado como el hiato que separa a ambos personajes.
Parte de la búsqueda de la narradora tiene que ver con el Budismo, cito “fue entonces cuando volví a leer su libro sobre el budismo con otro ánimo. Esta mañana me acordé de nuevo de ese fino libro de color verde y lo saqué del baúl que guardaba en el trastero. Mientras pasaba una a una las páginas, descubrí una anotación mía hecha con trazos rápidos. Debajo de una frase de Borges que decía “El mundo es una ilusión y la vida es un sueño”, podía leerse: “Pero ¿cómo es posible que sea tan nítido ese sueño? ¿Cómo puede ser un sueño si mana la sangre y brotan las lágrimas calientes?”.
En estos tiempos, leer una novela ganadora del Premio Nobel cuyos personajes tienen como referencia la vida y Obra de Borges, una novela en la que la trama se centra en estudiantes coreanos dedicados al Griego Clásico habla de muchas cosas, de muchas cosas que algunos aprendimos en la Universidad.
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