Todo tiene un final, todo termina. No solo Europa, sino el mundo, asiste al final de una época o era, la de Angela Merkel.
Tras 16 años al frente del Gobierno alemán un ramo de flores, el que le entregó Olaf Scholz, simbolizó, con un romanticismo muy propio del país, el cambio del liderazgo y también una nueva política que conducirá los destinos del gigante europeo desde la segunda semana de diciembre.
Merkel, paradigma de la austeridad económica y de la generosidad con los desesperados que buscan refugio en Europa, deja su lugar a un viejo conocido, Scholz, quien pondrá la proa, respetando la ortodoxia fiscal aceptada en Alemania, tanto por conservadores como progresistas, hacia un europeísmo más comprometido.
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por Sergio Manaut
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