Friday 3 de May de 2024
Perfil

Alberto Vergara: "Los establishment políticos tienen problemas para capturar la representación social"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 01 de November 16:00

El politólogo e investigador peruano, profesor de la Universidad del Pacífico, Harvard y Montreal, que centra esencialmente su investigación en los países andinos observando distintas dimensiones del régimen político, analiza las democracias de los diferentes países de la región, y la particular paradoja de Perú de la inestabilidad política y la estabilidad económica.

Nos cuesta mucho a los argentinos entender la estabilidad económica de Perú y la inestabilidad política. ¿Cómo se podría sintetizar y explicar para principiantes?
Esa es la paradoja peruana desde hace mucho, pero en los últimos años, con la radicalización de la inestabilidad política peruana, la paradoja se ha hecho, si se pudiera decir, más paradójica. Tiene que ver con un manejo finalmente del orden macroeconómico peruano que sigue siendo independiente, esencialmente el Banco Central de Reserva, pero también, con un Ministerio de Economía que sigue estando, mal que bien, con menos fuerza, con menos independencia que antes, en manos técnicas que, por lo tanto, hacen que conviva esta situación que usted ha descrito, la de tener seis presidentes en los últimos seis años, y sin embargo, el dólar cuesta más o menos lo mismo que hace veinte años. Mis amigos argentinos nunca pueden creerlo cuando les digo que hace veinte años, cuando me fui de vivir del Perú, un dólar se compraba a 3,5 soles y hoy se compra a 3,7; dos décadas después. Entonces, efectivamente, esas son las razones por las cuales se llega a esta situación paradójica. Sobre todo visto, en fin, desde la Argentina, que es un tema que siempre surge.

No es solamente Perú, uno encuentra presidentes extraños como Pedro Castillo, en Ecuador estuvo a punto de llegar a presidente alguien de fuera de la política, en Colombia lo mismo, en el ballottage, un empresario excéntrico de otro signo social; lo mismo con Boric en Chile, alguien que pasó de líder universitario a presidente. ¿Hay algo en los países andinos que favorezca la emergencia de políticos outsiders? 
No solo en los andinos en realidad, creo que es una tendencia del momento. Es decir, los establishment políticos en los países tienen cada vez más problemas para capturar la representación social y sociedades que se han vuelto más complejas, más difíciles de leer, más difíciles de capturar sus demandas, sus repudios, sus preferencias, y por lo tanto, van apareciendo jugadores por fuera del sistema que llegan para capturar, para seducir. Ese tipo de demanda creo que es algo que ocurre en muchos sitios. Donald Trump es alguien llegado desde la televisión. 

Nos cuesta mucho a los argentinos entender la estabilidad económica de Perú y la inestabilidad política. ¿Cómo se podría sintetizar y explicar para principiantes?
Esa es la paradoja peruana desde hace mucho, pero en los últimos años, con la radicalización de la inestabilidad política peruana, la paradoja se ha hecho, si se pudiera decir, más paradójica. Tiene que ver con un manejo finalmente del orden macroeconómico peruano que sigue siendo independiente, esencialmente el Banco Central de Reserva, pero también, con un Ministerio de Economía que sigue estando, mal que bien, con menos fuerza, con menos independencia que antes, en manos técnicas que, por lo tanto, hacen que conviva esta situación que usted ha descrito, la de tener seis presidentes en los últimos seis años, y sin embargo, el dólar cuesta más o menos lo mismo que hace veinte años. Mis amigos argentinos nunca pueden creerlo cuando les digo que hace veinte años, cuando me fui de vivir del Perú, un dólar se compraba a 3,5 soles y hoy se compra a 3,7; dos décadas después. Entonces, efectivamente, esas son las razones por las cuales se llega a esta situación paradójica. Sobre todo visto, en fin, desde la Argentina, que es un tema que siempre surge.

No es solamente Perú, uno encuentra presidentes extraños como Pedro Castillo, en Ecuador estuvo a punto de llegar a presidente alguien de fuera de la política, en Colombia lo mismo, en el ballottage, un empresario excéntrico de otro signo social; lo mismo con Boric en Chile, alguien que pasó de líder universitario a presidente. ¿Hay algo en los países andinos que favorezca la emergencia de políticos outsiders? 
No solo en los andinos en realidad, creo que es una tendencia del momento. Es decir, los establishment políticos en los países tienen cada vez más problemas para capturar la representación social y sociedades que se han vuelto más complejas, más difíciles de leer, más difíciles de capturar sus demandas, sus repudios, sus preferencias, y por lo tanto, van apareciendo jugadores por fuera del sistema que llegan para capturar, para seducir. Ese tipo de demanda creo que es algo que ocurre en muchos sitios. Donald Trump es alguien llegado desde la televisión. 

Los países del Pacífico tienen un componente distinto de los de Sudamérica Atlántica, esencialmente Brasil y Argentina: el topográfico, después, la alta importancia proporcional de habitantes precolombinos. La diferencia en el caso de Brasil y Argentina es que la población fue hecha con inmigrantes. Luego hay diferencias de orden político, sistemas unitarios versus sistemas federales. ¿Esos condimentos crean alguna particularidad para los problemas institucionales y emergencia de líderes fuera de los partidos?
Hay algunos fenómenos; no se trata de creer que son fenómenos idénticos. Sí hay situaciones distintas, es decir, para los dos países que usted aludía, que son Argentina y Brasil, siempre fueron sociedades que tenían una clase media mucho más extendida, el proceso de industrialización de esos países era mucho mayor que el de los otros países. Y sin embargo, también ha habido muchos fenómenos políticos que son comunes, lo cual revela que la política tiene alguna dimensión de autonomía respecto de los condicionamientos sociales, económicos. Es decir, finalmente las dictaduras, por ejemplo, si tomamos una foto de América Latina a fin de los años 70, no importa dónde, salvo Colombia, Venezuela y Costa Rica, todo era una dictadura, de distinto signo, con distintas características. Pero muchas veces los elementos políticos han sido comunes, a pesar de que haya elementos económicos y sociales que distingan a esas sociedades, y creo que eso en alguna medida sigue ocurriendo. Por caso, la fragmentación que hay en el sistema político brasileño que usted aludía, por ejemplo, esto de que en el Congreso ahora tienen veintiuno, veintidós, grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados de Brasil, es lo mismo que hay hoy día en la Cámara de Diputados de Chile, es en proporción lo que hay en la Cámara de Diputados de Perú. Es decir, sí tenemos fenómenos que son políticos comunes, lo cual no asume que sean ni idénticos ni que otras dimensiones de esos países tengan que ser iguales. Pero sí creo que hay fenómenos que van repitiéndose en distintos países. 

Hay una relación de federalismo y tamaño territorial, porque es cierto que Venezuela es federal, pero de un tamaño más parecido al de los países andinos, mientras que Brasil y Argentina tienen territorios mayores, donde el federalismo tiene que funcionar sí o sí, porque es imposible administrar a la distancia de 3 mil kilómetros de la capital.
Sí, hay esa dimensión territorial, desde luego. 

¿Obliga a una descentralización, independientemente del sistema político?
Sí y no, porque, piense, México es federal también, y no tengo en este momento el tamaño exacto, pero es un país geográficamente probablemente más grande que Argentina y, sin embargo, siempre fue una federación que se manejó de manera...

Geográficamente más grande no, pero todos los países de América del Norte, México, Canadá y Estados Unidos son federales.
México es un país grande y siempre fue federal en la administración y supercentralista en el manejo real del poder, sobre todo cuando estaba el PRI. 

No me parece casual, el PRI setenta años, finalmente tuvo dos interrupciones y sigue siendo muy potente. 
Y hoy tenemos un presidente mexicano que es un priista salido de ahí. 

Quisiera encontrar, siguiendo el método de pensamiento de análisis científico, invariables, para tratar de explicar Perú.
No creo que haya ningún país latinoamericano que sea perfectamente especial, particular, peculiar, raro. Tal vez Uruguay, pero, si no, todo lo que tenemos es versiones más agudas o más moderadas de problemas compartidos. Y creo que en el caso peruano, la inestabilidad de los últimos años pasa porque somos el país donde más radicalmente se vació de contenido la representación democrática. Es un país en el cual la representación dejó de existir. Es decir, es un país en el cual durante mucho tiempo se dijo que era la democracia sin partidos, pero hoy en realidad ya es la democracia sin políticos; quien llega al poder en el Perú en realidad es salido de una lotería. O sea, si le hubieran preguntado a un peruano quién es Dina Boluarte, quién es Pedro Castillo, quién es Manuel Merino, quién es Sagasti, nadie tenía ninguna idea de quiénes eran esos señores. Estamos hablando de gente que han sido presidentes de la República, que terminan llegando ahí por fruto del azar y que lamentablemente, en la medida en que no tienen un pasado político y que son conscientes que no tienen un futuro político tampoco, todos los incentivos apuntan a que tengan una conducta cortoplacista, en muchos casos depredadora del Estado, y que por lo tanto tengan al país en este asalto de mata de una crisis a otra, en la cual, pues en estricto, ya no hay una clase dirigente, una clase política, sino que está ahí sujeto al vaivén de estos políticos que ya no son ni siquiera actores, son apenas personajes. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil. 

por Jorge Fontevecchia

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