Friday 26 de April de 2024
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Agustín Rossi: "El sistema de coaliciones permite tener una cierta estabilidad del sistema político"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 09 de March 18:00

La designación del flamante jefe de Gabinete de Ministros y exministro de Defensa del gobierno de Cristina Kirchner y del de Alberto Fernández, con una larga experiencia y capacidad negociadora, de suma confianza del Presidente, autoproclamado kirchnerista y peronista sin contradicciones, quizá busque consolidar el diálogo dentro del Frente de Todos.

Comencemos por el discurso del presidente Alberto Fernández en la apertura del año legislativo del Congreso, ¿cuál es tu evaluación? 
Para mí, fue un muy buen discurso. Casi diría excelente discurso del Presidente, con tres partes claramente identificables. Un primer módulo en donde el Presidente enmarca este discurso en lo que estamos transitando, que es el cuadragésimo aniversario de la recuperación de la democracia argentina, instalando el período más longevo de continuidad democrática de toda nuestra historia. Reconoce que haber conseguido la democracia es un logro colectivo del conjunto de la sociedad argentina, y dentro de eso enmarca un hecho grave para la democracia argentina que fue el intento de magnicidio a la vicepresidenta de la Nación. Pide celeridad en la Justicia, pide celeridad en la investigación y que se encuentre quiénes han sido los responsables materiales, que se juzgue a los responsables materiales, que se encuentre, si los hubiese, responsables intelectuales de este hecho. Una segunda parte es lo que la Constitución te pide, que es primero...

El estado de la Nación.
El estado general de la Nación. Y allí a veces suele ser aburrido, porque la forma más elocuente de objetivar una gestión es a través de los números. Por decir uno, “voy a inaugurar en el mes de marzo la vivienda número 100 mil que entregué durante mi gestión de gobierno, convirtiéndome en un presidente que entregó 86 viviendas por día” y así sucesivamente. Marcando el crecimiento económico, la baja de la desocupación, la política de vivienda, el crecimiento de la inversión en obra pública, las inversiones en ciencia y tecnología, en educación. Un dato que no se conoce mucho es que la mayoría de las jurisdicciones están agregando una hora más de clase, acercándonos a ese objetivo de la Ley de Educación Nacional sancionada en 2006, que decía que había que ir hacia la doble escolaridad o a la jornada extendida en educación, y termina toda una parte que tiene que ver con el balance de la gestión. Una parte final, que es la mirada del Presidente, que compartimos muchos, sobre el mal funcionamiento del sistema judicial en la Argentina, y específicamente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Claramente, allí también se incluía el fallo de la Justicia alrededor de la disputa con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sobre la coparticipación, y eso generó el enojo obvio de los diputados y senadores opositores. Pero me parece que el Presidente fue muy preciso, muy certero, en todo lo que dijo. Como novedad, me pareció una salida inteligente, creativa, para que ese tramo que suele ser el más aburrido, entre comillas, se viese matizado por quiénes fueron los destinatarios concretos de las políticas que se llevaron adelante, y eso humaniza de alguna manera el relato. 

¿Fue un discurso de despedida, de balance, el último año de un presidente en el Congreso, o fue el prólogo de quien es candidato a ser reelecto y tener un período presidencial más? 
Mirar ese discurso con la mirada electoral que va a estar presente durante todo este año no es lo más adecuado porque, conociendo al Presidente, él es muy respetuoso de las instituciones y de los institutos de la democracia. El inicio del año parlamentario es un instituto de la democracia, y de las mayores democracias del mundo. El mundo está atento cuando el presidente de los Estados Unidos brinda el estado general de la Nación.Entonces, me parece que no hay que mirar el discurso en ninguna clave de esas características. El Presidente fue a cumplir con lo que le manda la Constitución Nacional, y delineó un discurso en donde cumplía taxativamente los aspectos de la gestión, habló de una cuestión coyuntural que es el mal funcionamiento del Poder Judicial, y encuadró todo lo que estaba sucediendo, todo su discurso, en un hecho que también es trascendente para los argentinos, que es el cuadragésimo aniversario de la democracia argentina. 

Dándole esa importancia al carácter institucional que tiene la apertura de sesiones, mucho más en el cuadragésimo aniversario de la recuperación de la democracia, ¿la ausencia de Máximo Kirchner es una señal inequívoca de conflicto interno en los distintos componentes del Frente de Todos?
No, trataría de dar una respuesta más global. El sistema político argentino, desde hace cuarenta años hasta ahora, ha mutado desde ese bipartidismo que teníamos claramente entre el PJ y la Unión Cívica Radical en el 83, a 2023, que tenemos hoy un bicoalicionismo, si no me equivoco cómo se dice. Las coaliciones se conforman entre los que piensan no igual sino entre los que piensan parecido, y a veces participan algunos que piensan no tan parecido. Entonces, cuando mirás hoy desde afuera de la vida política, o con mayor frialdad, lo que pasa en la política argentina, las dos coaliciones mayoritarias tienen disputas internas, tienen miradas distintas, tienen acentos distintos. Estamos en un año electoral, quizás eso también acreciente esta situación. Entonces, me parece que cada una de las situaciones que se viven pueden tener que ver fundamentalmente con eso, se expresan de distintas maneras las diferencias. No quiero hablar mucho porque tampoco sé, ni tampoco Máximo ha explicado, por qué no estuvo, pero entiendo que eso es lo que le pasa a nuestra coalición y lo que le pasa también a la opositora, que tiene diferencias entre sus integrantes, y diferencias importantes entre sus precandidatos, o al menos sus precandidatos más importantes. Habrá que ver cómo se va acomodando cada una de ellas. Como saldo, este sistema de coaliciones, que a veces parece que no está tan bueno que se discuta mucho hacia el interior de cada una de las coaliciones, es mucho mejor que existan las coaliciones a que no existan. Que no existan significaría un sistema político mucho más particionado, con partidos más pequeños o micropartidos, que después cuesta muchísimo que generen estabilidad en el sistema. Y creo que, independientemente de las diferencias, independientemente de la grieta, tenemos un sistema de dos bloques políticos en la Argentina, que le dan una fuerte estabilidad al sistema político. Sabés quién es oficialista y quién es opositor, después encontrás matices adentro de cada una de las coaliciones.

Las dos coaliciones tienen dos sectores con algún principio de oposición interno más parecidos entre sí, más diferencia con el otro. Luego la izquierda, que viene creciendo, está a salvo de las coaliciones, y está la emergencia de los libertarios, ¿uno podría imaginarse un sistema a la europea, con seis fuerzas y que las coaliciones se construyan electoralmente? ¿Hay más similitudes entre los moderados de cada una de las coaliciones que entre los de cada una de las coaliciones y sus extremos?
No pareciese en principio. Me parece que las diferencias hacia el interior de las coaliciones son siempre menores que entre las coaliciones.

De una manera burda: ¿Massa y Rodríguez Larreta se terminan pareciendo más que Massa y Cristina Kirchner, o Larreta y Patricia Bullrich? 
Vuelvo a decir, no pareciese en términos de lo que significa la práctica política y el posicionamiento político. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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