Empresas de todo el mundo se preparan para continuar con la modalidad home office, que se afianzó con el coronavirus. ¿Trabajar en pantuflas o ir a la oficina?¿Hay límites difusos?¿Hay trastornos psicológicos en pijama? Millones de personas adoptaron esta modalidad y contrariamente a la fantasía de algún mal pensado, se trabaja y en ocasiones hasta más tiempo.
Si bien en un principio había un disfrute en trabajar desde la casa, las consecuencias ante las faltas de reglas claras y recursos, empiezan a generar problemas. Tiene que ver con la falta de límites tanto físicos, horarios como emocionales.
Escuchá la columna completa de Guillermina Rizzo, para Radio Perfil.
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