Friday 26 de April de 2024
Perfil

Se alzó la policía: ¿y si Don Duhalde nos estaba diciendo la verdad?

PODCASTS | Por Edi Zunino | 08 de September 15:18

Bien informado, amenazante, predestinador o un poco de todo, hace dos semanas Eduardo Duhalde pateó el tablero informativo tirando lo de un golpe en marcha, con militares y todo. Terminó haciéndose cargo de cierta inestabilidad emocional de su parte, pero arrepentido de hablar de más y no de fantasear.

En este espacio evaluamos la posibilidad de que las premoniciones duhaldistas tuvieran algo de cable a tierra y, entonces, no había nada más -ni nada menos- que la palabra de un ex presidente casi octogenario.

La cuestión es que, dos semanas después del episodio que pareció empezar y terminar en declaraciones televisivas, la Argentina está en medio de un clima enrarecido, con el Congreso partido en dos, tomas de tierras a granel, Lilita Carrió a punto de convocar literalmente a la “desobediencia civil”, Fuerzas Armadas que comunican por Twitter renovados homenajes a las “víctimas de la subversión” y luego los borran porque “ofenden a ciudadanos”, hasta llegar al estado de alzamiento que vive la Policía Bonaerense y, al parecer, seguirá latente pese a los aumentos salariales arrancados de prepo a la gestión Kicillof-Berni.

La insubordinación sindicalizada de uniformados que portan armas es gravísima por donde se la mire.
•    Institucionalmente grave, porque distorsiona la cadena de mandos (o desnuda su verdadera naturaleza).
•    Políticamente grave. Anoche, en la puerta de la residencia del gobernador, se escucharon gritos contra quien se llamó “petiso comunista”. ¿Murió Camps?
•    Socialmente grave: los policías están estallados de responsabilidades específicas y pandémicas, además de casi absolutamente desmotivados por acumulación de carencias de todo tipo, ya que en su mayoría son tan pobres como la realidad inmediata que los circunda.
•    Judicialmente grave: menos policías trabajando es más infracción y más delincuencia, empezando por aquella que convive con la propia policía y muchas comisarías como “reguladoras” del delito.

La policía, como la justicia y los servicios de inteligencia, son las grandes deudas de la democracia (los militares parece que ya no, pero sigue estando por verse). Todo eso articulado políticamente, llegado el caso, no puede llevar a nada bueno. Por eso hay que pararlo. Ya.

por Edi Zunino

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