Friday 26 de April de 2024
Perfil

A la maestra con cariño: Lucía Berlin y "el Tim"

PODCASTS | Por Elisa Salzmann | 03 de September 17:40

En 2015 se publicaron, bajo el título Manual para mujeres de la limpieza 41 de los 76 cuentos que escribió Lucia Berlin, editados e introducidos por Stephen Emerson y con prólogo de Lydia Davis.

Es acertado el título de Manual para las mujeres de la limpieza porque, procesada la lectura, que bien podría sintetizarse en el clásico prodesse et delectare, entendiendo que estas mujeres de la limpieza no se limitan a las tareas domésticas.

Esta limpieza tiene que ver con transmutar en literatura acciones y gestos que se perciben tanto en las casas y escuelas de la clase media y acomodada, como entre los despojados de esa misma sociedad: los marginales, alcohólicas, drogadictos, hospitalizados, paralíticos, un alumno demasiado inteligente y provocador, el Tim, entre tantos otros.

El Tim debe volver a la escuela, a una escuela regentada por monjas en la que el Dios te salve María resuena desde temprano. Como las monjas no hablan castellano, deben contratar y pagar a la maestra de castellano, la Sra Lawrence, para este grupo de estudiantes secundarios.

“No debe cometer el error en el que caen muchas monjas jóvenes. No intente ser amiga suya.

Estos alumnos piensan en términos de poder y debilidad. Usted debe mantener la autoridad guardando las distancias, a base de disciplinas, castigos, control. El español es una disciplina optativa.” le advierte la Directora.

Timoteo Sánchez ha estado en el correccional de menores, una de tantas veces por robo y narcóticos.”  Ni bien vuelve el Tim se convierte en imán de todas las miradas de sus compañeres, y se vuelve tan difícil y desafiante para la Sra Lawrence que ella debe desistir de su tarea de enseñarle, aduciendo absoluta incapacidad. La Directora la frena con convicción y contundencia y  la manda de nuevo a conquistar a su alumnado.

Seguramente, el final del cuento no esté dentro de los cánones de lo pedagógicamente correcto para esos días, ni para los de ahora, pero lo que podemos leer en esta ficción - es que-  respaldada por una directora que quiere lo mejor para este estudiante border, (que termine el secundario , salga de la delincuencia y de las drogas)  -en una situación en la que la ley no se hace cargo-  la escuela se compromete, toma riendas en el asunto y puesta contra la pared, esta maestra laica de castellano logra superar el obstáculo planteado por un joven desorientado en los jóvenes comienzos de su vida.

No es un spoiler decir que el remedio que puso a ambos en situación de aprendizaje, y en paz rumbo al aula, fue la cachetada en la boca que le propinó la Sra Lawrence al Tim que “iba de negro con la camisa abierta hasta la cintura, los pantalones bajos, ceñidos a sus enjutas caderas... el pelo negro, largo y lacio. Se lo alisó con unos dedos largos y finos, rápido como un pájaro.”

Los cuentos de Lucía Berlín son esas plegarias atendidas por una escritora que es escucha atenta del dolor humano, escucha convertida en imágenes sorprendentemente cautivantes. Si el lector implicado está dispuesto a leer entrelíneas,estos cuentos tienen más de unas páginas para repensar el lugar en el mundo que a cada uno le ha tocado.

Y no es poco el efecto que estas narraciones tienen sobre el lector ese que somos. Las situaciones límite en las que están envueltos sus personajes están narradas desde una perspectiva humana en absoluto  heroica y, sin embargo, gracias al cóctel humor-dolor- amor  esta obra Manual para las mujeres de la limpieza logra una épica del sobreviviente, instalando una mirada amorosa sobre todos los marginalizados por el sistema.

Lucía Berlin  nació en Juneau, Alaska, y pasó su infancia en movimiento, siguiendo la carrera de su padre como ingeniero de minas. La familia vivía en campamentos mineros en Idaho, Montana y Arizona, y Chile, donde Lucía pasó la mayor parte de su juventud. De adulta, vivió en Nuevo México, México, la ciudad de Nueva York, el norte y sur de California y Colorado.

por Elisa Salzmann

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