Si razonablemente una de las grandes preocupaciones de Cristina Kirchner es su futuro judicial y el de sus hijos, y si uno de los motivos que tuvo para dar un paso al costado y regresar al poder a través de Alberto Fernández, fue que con él esos problemas podrían solucionarse; entonces la polémica en torno a si hay o no presos políticos no es un tema menor. No es un tema menor cómo sigue la relación entre el presidente y su vicepresidenta. Columna de Gustavo González para Radio Perfil.
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