Tuesday 19 de March de 2024
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Salir de la cuarentena: Se habilitan internas y pujas electorales

POLITICA | Por Edi Zunino | 08 de April 12:04

 

Todo indica que, el lunes que viene, la cuarentena va a seguir. Pero no tanto como hasta ahora.

No está claro todavía qué actividades, puntualmente, van a volver al trabajo presencial ni con qué nuevas modalidades específicas: los cambios de horarios y la reorganización de turnos parecen ser la principal recomendación en general para que las empresas con muchos empleados o con instalaciones más chicas no los hacinen a todos al mismo tiempo, y para que el transporte pueda funcionar sin amontonamientos.

El presidente Alberto Fernández va a esperar hasta el fin de semana para anunciar, como ya es costumbre cada quince días (porque de golpe nos movemos al ritmo de evolución de un virus), cómo se combina esto de que la cuarentena va a seguir, aunque un poco más flexible.

Ya se sabe lo que no va a pasar en esta Fase III del aislamiento preventivo y obligatorio. No va a haber clases en ningún nivel educativo, ni espectáculos de ninguna especie, ni fiestas familiares o privadas ni misas ni nada que aglomere gente.

La decisión de la cuarentena fue una medida puramente sanitaria para “cuidar la vida”.

La idea de volverla un poco más elástica tiene un enorme componente económico: para vivir hay que comer y para comer hay que trabajar.

Lo novedoso de este nuevo tránsito en cuarentena es que vuelve la política. Quiero decir: la política en el sentido de las disputas, las internas y los oportunismos electorales.

Se trata de una actividad que, gracias a la tecnología, los medios y las redes sociales, puede realizarse desde casa y sin movilizaciones callejeras (al menos por ahora). Parecía que sí, pero las disputas por el poder no se esfumaron. Sólo se tomaron un tiempo para acomodarse a las circunstancias de la conmoción y la crisis, y para no hacer olas que puedan volverse en contra.

En los últimos seis días, la oposición sintió que el Gobierno le servía en bandeja un plato imposible de rechazar. El “viernes negro de los jubilados” y los sobreprecios en la compra de comida para los pobres desde el Ministerio de Desarrollo Social le sirvieron para hablar de “ineptitud” y de “corrupción”.

Pero no habría que confundirse: las acusaciones más fuertes de Patricia Bullrich o Graciela Ocaña no apuntan tanto al Presidente como a la necesidad de recuperar espacio en una dura interna opositora donde la mesura proactiva de Horacio Rodríguez Larreta y la rehabilitación de María Eugenia Vidal por parte del jefe de gobierno porteño, le permitieron, lo mismo que a los gobernadores radicales, comandar un “polo racional y colaborativo” de Juntos por el Cambio.

Lo mismo vale para la interna oficial. El “Impuesto Patria” que está proponiendo el ultra-kirchnerismo no es tanto un ataque a los ricos macristas como una marcada de cancha al propio Presidente de la Nación, que junto a los gobernantes opositores nombrados copó el centro de la escena desde una posición más o menos moderada.

Cristina Kirchner se apartó de la escena, en un “dejar hacer” que no es para tanto en la trastienda. Y Sergio Massa trata de hacer su propio juego proponiendo, sin acuerdo presidencial, la rebaja de salarios parlamentarios (movida que lo pone, una vez más, en sintonía con el sector racional de la oposición).

La Fase III de la cuarentena va a ser la más politizada de las vistas hasta ahora. El riesgo cantado es que la política (la política mezquina, la “mala política”), se mueva sobre todo por sus reflejos ancestrales de pretender tener la manija aunque la sartén esté a punto de no existir más.

¡Qué me contás!

 

por Edi Zunino

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