Saturday 20 de April de 2024
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Qué me contás: El Partido Único de la Pandemia

POLITICA | Por Edi Zunino | 21 de April 13:16

La realidad siempre tiene otro lado. Lo que se ve suele ser, apenas, una parte del todo. Y no necesariamente la más grande ni la más importante. Lugares comunes: está la punta del iceberg (lo que se ve) y está el lado oscuro de la Luna (lo tapado).

Tampoco lo tapado es necesariamente oscuro en el mal sentido de la palabra oscuridad. En esa carencia de luz, en esa falta de visibilidad, suele estar la verdadera esencia de las cosas, con sus pros y sus contras. Digámoslo de una: en el lado oculto del poder hay un innegable aprovechamiento político de la pandemia.

Y eso no es malo ni es bueno de por sí. Todo depende de la intensidad que se le ponga y del equilibrio con que se logre actuar en el corto, el mediano y el largo plazo de esta crisis sanitaria que va a tener gravísimas consecuencias sociales y económicas a todo nivel.

Los políticos hacen política. El problema es que durante muchísimo tiempo vinimos confundiendo lo político con lo electoral. El éxito colectivo con el triunfo de uno solo o de un grupito de adherentes. Hoy nos jugamos la vida. Nos la jugamos frente a un virus muy agresivo y frente a una recesión pavorosa.

Hoy, la política, la buena política, pasa por entender y equilibrar que se puede preservar la vida hiriendo de muerte las condiciones de vida, y se puede perder la vida por la necesidad urgente de salir a ganarse la vida. Lo que se dio en llamar el “modelo argentino” de ataque al Covid-19 dependió hasta ahora de una ausencia casi total de opositores.

Hoy, Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta, Cristina Kirchner a la sombra de Axel Kicillof, Gerardo Morales y Sergio Massa constituyen una especie de “oficialismo de emergencia” en el que casi todo se consulta y se comunica en conjunto.

El Congreso fue reemplazado de facto por algo así como un consejo permanente de gobernadores e intendentes, caciques territoriales con los pies en el barro de la epidemia y de la crisis. Es una dirigencia condenada a pagar costos enormes que se medirán en vidas o en destrozos o en una combinación de los dos.

Porque la política también se mide por los resultados. Y es ahí donde uno puede especular que las proyecciones catastróficas y apocalípticas de hoy ojalá signifiquen los consuelos de mañana si los resultados no terminan siendo tan espantosos.

La reconstrucción va a merecer esfuerzos titánicos. Habría que evaluar la necesidad de que este “partido único de la pandemia” deba prolongar su utilidad. Y cuál será el nivel de fracaso nacional si eso no fuera posible.

 

por Edi Zunino

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