Thursday 28 de March de 2024
Perfil

Qué me contás: Alberto con barbijo (en los ojos)

POLITICA | Por Edi Zunino | 06 de April 10:53

En esta situación tan especial y extraña que nos descoloca a todos, hay tres cosas en juego: la Salud, la Economía y la Política.

La evolución de cada una de esas tres cosas puede ser analizada por separado. Pero las tres son partes inseparables de una misma situación en un mismo país. Y las tres, digo la Salud, la Economía y la Política, se condicionan entre sí y definen, en esa interacción permanente, el cuadro de situación de la Argentina.

Se puede hacer la disección de un pollo o de un sapo en un aula escolar. Se puede analizar el corazón, los pulmones y el hígado por separado. Pero esos tres órganos, haciendo cada uno lo suyo pero dentro del mismo cuerpo, determinaron a la vez a ese ser vivo. Al pollo. Al sapo. O al país, en este caso, donde la Salud, la Economía y la Política funcionan juntas, se inter-condicionan y tiene, cada una, sus problemas particulares.

Al poner en el centro de la escena la contradicción “Salud vs. Economía”, el presidente Alberto Fernández puso delante de todo, sin nombrarla, a la política. ¿Estuvo bien o mal? Yo diría que las dos cosas.

Estuvo bien, porque una situación como esta requiere una conducción política clara y un liderazgo centralizado. Y Alberto Fernández supo ubicarse ahí, para sorpresa de muchos, bastante rápido.

Pero en política no hay bien que por mal no venga. Al colocarse en el centro casi absoluto de la escena se puso en juego a sí mismo. Y es el Presidente de la Nación.

Claro que no podía pasar mucho tiempo hasta que quedara claro que la Salud determina a la Economía y viceversa. Y al señalar con el dedo a los “miserables” que despiden trabajadores y al ensalzar a Hugo Moyano politizó de más la situación y volvió a exponer una “grieta” que parecía mágicamente (o sanitariamente) superada.

Parte de su éxito como conductor político había dependido de mirarnos a la cara y obligarnos a la cuarentena diciendo que lo íbamos a hacer “por las buenas o por las malas”. Hay miles de enjuiciados por violar el aislamiento forzoso. Hay centenares de autos incautados. Alberto fue tiernamente durísimo con los comunes.

Pero el viernes pasado, la cuarentena sufrió una violación masiva con miles y miles de jubilados amontonados en los bancos. Se enojó con el presidente del Banco Central y con el titular de la ANSES, responsables operativos de ese increíble despropósito. Pero los dejó corregirse. Fue duramente blandito con sus funcionarios. Se puso el barbijo en los ojos.

Privilegió la política del peor modo. Sin imponer que el ejemplo se da desde arriba. Y volvió a alimentar la “grieta”.

Nadie le puede pedir al Presidente ni a nadie que sea perfecto en una situación tan extraordinaria. Pero si el líder actúa en esta situación nueva con los reflejos del pasado, estamos fritos. El equilibrio entre Política, Salud y Economía puede terminar en tremendo desbarajuste. 

¡Qué me contás!

 

por Edi Zunino

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