Friday 29 de March de 2024
Perfil

El peligro de Alberto Fernández: ser una fotocopia de Raúl Alfonsín

POLITICA | Por Edi Zunino | 20 de November 11:21

Los quejosos de cualquier especie suelen decir: “¡Uh, siempre lo mismo!”. Pero es nada más que un modo de decir, que denota impotencia o, a lo sumo, calentura del momento. Porque, aún en el caso de que parezca que así son las cosas, “siempre lo mismo” nunca es lo mismo. Siempre igual, no es igual. No lo digo sólo por aquello de que el río nunca es el mismo río porque sus aguas se renuevan y si se renuevan en otras, van modificando la esencia del río, con sus efectos erosivos incluidos. Lo digo, más que nada, porque “siempre” es demasiado tiempo. Y no hay nada que arruine, que desgaste, que erosione más las cosas que el paso del tiempo. Si algo es “siempre lo mismo”, en todo caso, de tan supuesta y pretendidamente igual que antes, la cosa será “todavía peor”.

Voy al grano… Me topé en las redes sociales -más precisamente, en el Instagram del colega Mario Massaccesi- con una tapa de la revista “La Semana”, la antecesora de “Noticias” en Editorial Perfil. Tiene fecha de publicación 19 de julio de 1984. Raúl Alfonsín y el post dictadura no cumplían un año. La portada decía, en letras mayúsculas de margen a margen: “Impuesto al lujo: Alfonsín contra los ricos”.

El título no está sostenido por un copete clásico, sino por una serie de fotos con epígrafes grandes, que más bien actúan como subtítulos. El primero de ellos, señalando cuáles venían a ser aquellos “lujos” gravados con un nuevo impuesto, indica: “El country de los Macri”, con una foto de un Don Franco -más joven que hoy Mauricio- jugando al golf.

Una franja negra cruza el ángulo superior izquierdo de la tapa, con el anuncio de lo que sería la nota de investigación: “Los ricos: cómo son, cómo viven, qué piensan”.

A ver, entonces: 1) impuesto a los ricos; 2) los Macri como símbolo de ellos… Hay más. ¿Qué pasaba a esa altura de 1984?

Había negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Una misión había visitado Buenos Aires recientemente. El país debía alrededor de US$ 43.600 millones, de los cuales unos US$ 15.000 millones vencían ese mismo año. Las bóvedas del Banco Central estaban vacías. ¿Anotaron “US$ 43.600 millones”? 

Hubo una carta al Fondo. Sí, una carta, que no firmaron ni el Presidente ni el ministro de Economía, pero que fue tan oficial como ruidosa. Decía:

* "El Gobierno de la República Argentina (...) se ha propuesto desterrar las experiencias de regímenes autoritarios que el país debió sufrir. Este compromiso ético y político preside, como principio, todas las decisiones que el Gobierno adopta en los terrenos político, económico y social".

Luego, la carta sintetizaba la “gravedad inédita” de la situación en cuatro puntos: a) la relación deuda-exportaciones; b) la alta inflación; c) un PBI equivalente al de una década antes, y d) un alto déficit del sector público. ¿Les suena?

Seguía diciendo la carta:

* "El gobierno argentino tiene el convencimiento de que la reducción del déficit fiscal es una condición necesaria para combatir la inflación, pero no la considera una suficiente. Reiteradas experiencias, tanto en el país como en otros países de América latina, revelan que la caída drástica del déficit induce una recesión que, además de social y económicamente injusta y corrosiva, no es un instrumento eficaz de política antiinflacionaria."

* En cuanto a la deuda, "fue contraída a través de la aplicación de una política económica autoritaria y arbitraria, en la cual los acreedores tuvieron activa participación sin beneficio alguno para el pueblo argentino (...)."

Dentro de esas “desventajas”, se señalaba la estatización de las deudas contraídas por los principales grupos económicos, a los que se empezaba a llamar “capitanes de la industria”.

Por “izquierda”, a Alfonsín se lo criticaba por estar haciendo un ajuste sobre el pueblo mientras cacareaba contra el poder económico y el Fondo. Había inquietud sindical. Un mes después de esa tapa sobre aquel Alfonsín anti-ricos, la CGT de Saúl Ubaldini le hacía el primero de 13 paros generales.

Lo dicho. Siempre lo mismo, no es lo mismo. Las fotocopias son una antigüedad en la era del escáner digital.

 

por Edi Zunino

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