Wednesday 24 de April de 2024
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Del pangolín a Vicentín: Secretos de la infectadura marxistoide

POLITICA | Por Edi Zunino | 11 de June 11:13

Es impresionante la cantidad de cosas que aprendimos en este semestre de pandemia y encierro: 

• Supimos que este coronavirus no es el primer coronavirus que conocemos: lo que pasa con el Covid-19 es que no tenemos vacuna y nos tiene como locos.

• Participamos de la duda mundial sobre si este virus tan agresivo empezó sus destrozos en Wuhan, China, por un murciélago que se vende en los mercados populares para hacer sopa o si viene de un animal exótico llamado pangolín, que es una especie de peludo que en vez de venir adentro de un casco tiene una especie de armadura hecha en escamas. 

• Entendimos por qué a la cuarentena se le llama cuarentena por más que dure 15 o 100 días.

• Como nunca en la vida, un montón de eminencias de la infectología y la epidemiología nos hablaron desde la tele varias veces por día, y aprendimos a lavarnos las manos, a usar tapabocas y hasta fabricarlos en casa y a dejar los besos y los abrazos para mejor oportunidad.

• También descubrimos que se puede vivir consumiendo lo mínimo necesario, pero que eso lastima mucho a una economía que ya venía lastimada y que la cuarentena puso al límite de la parálisis total.

• Y así pasamos de la satisfactoria sensación de estar casi haciendo patria disciplinados, todos juntos, a ponernos ansiosos, aburrirnos, deprimirnos y empezar a enojarnos porque esto es demasiado largo y perdimos plata y libertad.

• Así nació, fruto de una juntada virtual de un grupo de intelectuales antiperonistas, el término “infectadura” (la dictadura de los epidemiólogos), para desenmascarar el autoritarismo que los gobernantes ocultan detrás de los barbijos.

• Y los barrios bien cacerolearon desde los balcones y volvieron a cacerolear anoche, porque, de paso, en los últimos días, descubrimos que existe Vicentín y que expropiarla sería otra prueba de este “autoritarismo marxistoide” que nos domina. El copyright de “marxistoide” le corresponde a Domingo Cavallo (el ex maestro de Néstor Kirchner y ex jefe político de Alberto Fernández lo titó anoche en “A dos voces”).

• Caímos, de paso, en que Avellaneda no sólo queda cruzando el Riachuelo para ir a Racing o a Independiente, sino también se llama así el pueblito del norte santafesino donde nació Vicentín.

Qué importa si Vicentín dejó un tendal de deudas entre privados y en el Estado, gracias a sus influencias políticas y sus generosos aportes de campaña.

Qué importa si la conmovedora pueblada de Avellaneda fue convocada por un intendente radical que a nivel provincial y nacional es socio de sus opositores locales, que son macristas y los conduce la familia Vicentín, que además le da trabajo directo e indirecto a todos los habitantes de la zona.

En este solo semestre que fue del pangolín a Vicentín, terminamos de entender el daño que nos hace esta “infectadura marxistoide”. Y si vos no lo entendiste, poné TN.

 

por Edi Zunino

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