Wednesday 24 de April de 2024
Perfil

Alerta mundial: el capitalismo se estaría volviendo comunista

POLITICA | Por Edi Zunino | 30 de July 12:38

Parece que la “nueva normalidad” viene medio rara. Los magnates del mundo están alborotados. Unos, por una mezcla de responsabilidad y, por qué no, cierta culpa. Otros porque el poder político-institucional los sienta en el banquillo y les pide explicaciones. A ver, me voy a explicar mejor yo, así soy claro… Todos saben quién es Bill Gates… Bueno, Bill Gates y otros megarricos mundiales como él insisten en que, dada la situación a la que llegamos, los que más tienen deben poner más que nadie para equilibrar un poco la balanza… Sigo aclarando… Por otro lado, los dueños de Google, Facebook, Amazon y Apple son interrogados en el Capitolio para determinar si su poderío se pasó de la raya y haber ganado tanto dinero, incluso gracias a la pandemia, los convirtió en monopolios que anulan la competencia.

¿Quienes vendrían a ser nuestros Gates, nuestros Jeff Bezos, nuestros Mark Zuckerberg? Pongan ustedes los nombres, yo no me quiero comprar ningún problema por alguna comparación mal hecha. Pero si lo que pasa en los Estados Unidos sucediera acá, fuera quien fuese nuestro Bill Gates autóctono sería acusado de darle la razón al sector más combativo de La Cámpora por el “impuesto extraordinario a la riqueza” y nuestros cuatro principales multimillonarios estarían dejándose contar mansamente las costillas, casi como en una sesión pública de tortura, nada menos que en el palacio donde mandan Cristina Kirchner y Sergio Massa. El cacerolazo tronaría cual divino escarmiento a la tantas veces anunciada venezuelización de la fucking dictadura peronista.

Aunque por el lado del ridículo, el ejemplo es muy ilustrativo de algo sobre lo que venimos machacando en este espacio: el debate político argentino es de tal berretismo básico que, al carecer de contextos y razonabilidad, se queda sin la más mínima perspectiva. Consiste en la pelea por la pelea misma. Les cambia los nombres y las esencias a las cosas y, así, cuestiones tan matemáticas como las que involucran a los ilustres norteamericanos mencionados más arriba, pueden ser consideradas un miserable producto de la perversidad ideológica.

Instrumentos macroeconómicos como la estatización o la privatización, acá son agitados como signos irrefutables de la izquierda y la derecha, sin ver que esa simplificación en la lucha por el poder no es estanca en el subdesarrollo de un capitalismo cobardemente anticapitalista. Porque acá, señoras y señores, no sólo nos sacamos a los militares de encima hace cuatro décadas: tampoco hay comunistas ni nada que se les parezca queriendo tomar el Palacio de Invierno ni plantar bandera en el Moncada. CFK no es eso. Menos aún Massa. Y ni hablar de Alberto Fernández.

Cuando el Presidente sostiene que “esta pandemia nos va a hacer repensar el mundo”, no está siendo vanguardia intelectual de ninguna revolución. Sólo está leyendo bastante bien lo que ya ocurre sin necesidad de que él lo advierta. Corre de atrás, pero claro: es un político y va a tratar de aprovechar los vientos que soplen. Si distribuir mejor los recursos y equilibrar un poco los poderes es crucial en el Norte, acá es de vida o muerte por los niveles de pobreza que se ven y los niveles de violencia que se temen. “Repensar el mundo”, entonces, para nada es un acto revolucionario. Es especulativo. Pónganle letra, música y magia, pero es supervivencia pura. 

Los fundadores soñaron un país potencia. Tanto, que hasta nos la creímos y llegamos a tener cinco Premios Nobel, tres de Ciencia y dos de Paz. En ellos hay, si se quiere, una noción argentina del mundo. Tal vez valga la pena volver a soñar, en vez de entretenernos todo el santo día con la mugrienta pelusa del ombligo.

por Edi Zunino

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