Friday 19 de April de 2024
Perfil

Una voz entre Cavallo y la Cristina de la grieta

PODCASTS | Por Edi Zunino | 07 de December 11:11

José Ignacio de Mendiguren es abogado, escribano, productor textil, dirigente industrial y político. Fue diputado y ministro, y hoy está al frente del estatal Banco de Inversión para el Comercio Exterior, el BICE. Acaba de sacar un libro muy ilustrativo y en varias de sus partes, revelador: “2001/2021: La historia no contada de la gran crisis. Cómo acordar un camino para el desarrollo argentino”. Ésa, desarrollo, es su palabra preferida, se define a sí mismo como “un desarrollista” el Vasco de Mendiguren. Hablando de la gran crisis, de aquella hecatombe de la que se están cumpliendo 20 años, De Mendiguren aparece como una especie de contrapolo de Domingo Cavallo, quien lo acusa de haber fundado el “club de la devaluación” que sostuvo a otro “club”, el del helicóptero que se llevó a Fernando de la Rúa de la Casa Rosada entre las humaredas del 20 de diciembre de 2001. Él le devuelve la gentileza a Cavallo definiendo como “un verdadero buitre” al padre de la Convertibilidad que voló por el aire con nosotros adentro hace dos décadas. Pero no se quiere entretener en la chicana. Tiene ganas de decir lo que ha escrito como protagonista y testigo directo: que, para salir de semejante crisis, en algunos aspectos parecida a la de hoy, se apeló a un secreto básico:  

“Ante semejante crisis, el radicalismo y el peronismo se juntaron y no se echaron culpas. Alfonsín y Duhalde dijeron: de esto salimos juntos y después, cada uno seguirá su camino. Y los dos me proponen a mí cuando crean el primer Ministerio de la Producción de la historia argentina para encarar estos proyectos que nosotros presentábamos desde hacía tiempo, desde la Unión Industrial Argentina. ¿Cuál fue el resultado? Ese mismo año 2002, la Argentina generó 16.500 millones de dólares de superávit comercial. Ese gobierno de unidad nacional, que recibió la peor transición de la historia, en un año y tres meses entregó la mejor transición de la historia. Entregó un país en paz, votando el 78% del padrón, no el 40% como en 2001; creciendo al 7%, con 3% de inflación, ni una sola denuncia o sospecha de corrupción; le dejó al presidente Kirchner 5 ministros y el 80% de los cargos de secretarías y subsecretarías, o sea, una continuidad. Si en el 2002 no salía ese grupo homogéneo que venía trabajando y una decisión política de los dos partidos grandes de ir por el camino de crecer, hubiéramos caído en una colonia. Hoy seríamos Ecuador, pero con mil problemas más”.

Mendiguren
José Ignacio de Mendiguren.

De Mendiguren sostiene que ese círculo virtuoso duró desde 2002 a 2011, cuando “los buenos términos de intercambio” empezaron a flaquear y, en lugar de volver a sumar fuerzas para un plan común, se alimentó “una grieta creciente que ya entonces amenazaba paralizarnos, como efectivamente ocurrió” y “el péndulo nos llevó de vuelta a la bicicleta financiera”. Hay ahí una crítica, también, a una de los grandes referentes del gobierno que De Mendiguren hoy integra: la Cristina Kirchner de su segundo mandato…

“Yo se lo dije a Moreno: ‘Vos vas a provocar que el péndulo nos vuelva a los 90’. Yo decía; acá no hubo ni una década ganada ni una década perdida, hubo una década partida. De 2002 a 2011, la Argentina, con tres instrumentos básicos (tipo de cambio competitivo, baja inflación y superávits gemelos) subimos 75% del producto bruto, Argentina pudo desendeudarse y lo más importante: recuperamos la gobernabilidad de la economía”.

El Vasco de Mendiguren apuesta a que “una nueva generación de dirigentes que ya tienen experiencia de gestión, se formaron en democracia y se ubican a ambos lados de la ‘grieta’ entiendan la necesidad de buscar los acuerdos necesarios para que la Argentina no sólo crezca, sino que, sobre todo, se desarrolle”.

por Edi Zunino

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