Tuesday 23 de April de 2024
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Últimas noticias sobre la Argentina convulsionada que se nos viene encima

PODCASTS | Por Edi Zunino | 09 de March 12:17

El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica se hizo famoso por sus mediciones de pobreza cuando el INDEC había rifado su prestigio. Lo dirige un sociólogo muy reconocido, Agustín Salvia, que integra en su representación la llamada Mesa del Hambre convocada por el Gobierno a principios del año pasado, antes de la pandemia.

El Observatorio acaba de distribuir su último trabajo, que se centra en analizar con lujo de detalles el funcionamiento de la Tarjeta ALIMENTAR al cabo de su primer año de existencia. El documento presenta información descriptiva de los hogares y la población destinataria de la Tarjeta ALIMENTAR: hogares con niños de 0 a 6 años que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), personas con discapacidad sin límite de edad que reciben la AUH y las embarazadas a partir de tres meses que cobren la Asignación Universal por Embarazo (AUE). Está orientada a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas.

Vamos a los principales datos: 
•    “Casi la totalidad de los titulares de la Tarjeta Alimentar son mujeres. En más de la mitad de los hogares, la titular no completó la educación secundaria y tiene menos de 30 años, y tres o más niños/as en el hogar”.
•    “A pesar de recibir transferencias por ALIMENTAR y por AUH, el 70,8% de los hogares destinatarios son pobres por ingresos y casi 9,1% son indigentes. Sin embargo, en particular, en materia de indigencia, los hogares con ALIMENTAR se encuentran sustantivamente más protegidos que los hogares vulnerables que no la tienen (y entre los cuales la indigencia es 31,3%)”.
•    “La Tarjeta ALIMENTAR está dirigida a hogares que enfrentan condiciones estructurales vinculadas con la pobreza: sus integrantes se desempeñan en la economía informal o popular, tienen un clima educativo bajo en comparación con el resto de los hogares, y una composición demográfica que involucra tanto una alta demanda de trabajo reproductivo como una alta tasa de dependencia económica”.
•    “Incluso en este contexto, el análisis aportó evidencias descriptivas acerca de un papel positivo de ALIMENTAR sobre los hogares receptores. Estos resultados positivos se expresan en dimensiones como las capacidades de consumo, el acceso a una mayor variedad de grupos de alimentos y una menor incidencia de episodios que remiten a la inseguridad alimentaria”.
•    “El contexto iniciado por la pandemia, que agudizó la situación de recesión preexistente, introduce nuevas restricciones a las capacidades de los hogares en materia de acceso a los alimentos. En este sentido, si bien se han implementado otras medidas relevantes a lo largo del año –como el Ingreso Familiar de Emergencia–, un aspecto a considerar será la actualización del monto de la transferencia”.
•    “En una economía que en el mes de octubre de 2020 acumulaba una variación de 37,2% del Índice de Precios al Consumidor, la falta de actualización del monto de la prestación implica una acelerada pérdida de poder de compra. En este marco, cabe esperar que el efecto de ALIMENTAR se vaya deteriorando con el paso del tiempo en caso de que el monto de la transferencia no sea actualizado”.
•    “A su vez, se ha observado que los hogares receptores de AUH que no perciben ALIMENTAR –porque no tienen niños/as de 0 a 6 años– también se encuentran expuestos de forma particular a la indigencia y la inseguridad alimentaria. La experiencia positiva de ALIMENTAR sobre el grupo de hogares con niños pequeños podría constituir un valioso antecedente para expandir esta política a los hogares que hoy se encuentran excluidos por la normativa por la edad de los niños/as.”

Traduzcamos: aun habiendo hecho lo correcto, estamos ante la necesidad bastante urgente de más planes sociales más altos, y no ante la posibilidad de menos, es decir, de que sean reemplazados por ingresos genuinos. Más planes extendidos en más tiempo significan soluciones para hoy y enormes problemas y conflictos sociales y culturales para mañana.

La Argentina necesita un shock de productividad, de creatividad y de credibilidad para salir del pozo. Ya conocemos el resultado de correr detrás de la emergencia hasta la próxima emergencia.

Por eso: transitar este año electoral como si fuera cualquier otro sería un soberano acto de ceguera. Por qué no de impudicia.

por Edi Zunino

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