Friday 19 de April de 2024
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Teniente general Martín Balza: "La Unión Europea es un pacto político económico. La OTAN no, es esencialmente militar"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 09 de March 15:38

La coincidencia de la guerra en Ucrania con la cercanía a cumplirse cuarenta años de la Guerra de Malvinas permite al multicondecorado teniente general, el militar contemporáneo más reconocido por todos, viajar con sus memorias del pasado al presente y dar una imperdible lección sobre la guerra.

¿Hay algún punto de contacto entre la guerra en Ucrania y la de Malvinas? 
No, voy a dar una interpretación de este hecho, obviamente personal. Las circunstancias, como jurídicamente se dice, de tiempo, modo, lugar, escenarios, son completamente diferentes. Pero si tuviera que decir dos o tres diferencias, por supuesto, soy un convencido y creo no estar equivocado, la guerra no es una obra de Dios, es un renunciamiento a las escasas pretensiones de la humanidad. He tenido oportunidad de estudiar las guerras de institutos superiores, particularmente la Primera Guerra y sobre todo la Segunda, en la que el número de muertos, calculan algunos, es de cincuenta, sesenta millones, donde se vulneraron los más elementales derechos del hombre, por parte de aliados y de las potencias del Eje. Hubo una vulneración tremenda. La Guerra de Malvinas tuvo una particularidad: avalado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, en Ginebra, fue el único conflicto que recordaban en que ambos bandos, argentinos y británicos, respetamos el derecho internacional humanitario conocido como los usos y leyes de la guerra, o la Convención de Ginebra. Se respetó la dignidad del adversario, la dignidad del enemigo. En el combate hubo una particularidad también sustancialmente distinta a la Segunda Guerra Mundial y a ésta: no hubo bajas civiles entre la pequeña población, aproximadamente 2 mil habitantes británicos, que estaban en Malvinas. Hubo tres muertos británicos, pero no fue por fuego argentino. El general Jeremy Moore, yo era teniente coronel y él, general, jefe de las fuerzas terrestres, era un general retirado convocado para Malvinas. Cuando entró en Malvinas victorioso, fue a pedir disculpas a los deudos de la familia, diciendo que esa muerte se debió a un error de los británicos. Los argentinos respetamos a la población civil. Es una característica, porque en las guerras la que más sufre, lo he visto en otros conflictos, es la población civil. El único problema en la guerra es que los que mueren, los que pelean, son los soldados. Pero muere mucha población civil y hay dos figuras, que en la Segunda Guerra Mundial fueron extraordinarias y que en Malvinas no existieron: son la figura del refugiado y la del desplazado. No es lo mismo: el desplazado es aquel que, por acciones del combate, en el caso de Colombia por las FARC, deja el pueblo donde vive y tiene que trasladarse dentro del mismo país a otra zona desconocida, en un ambiente totalmente distinto. Y la otra figura que estoy viendo en este conflicto es la del refugiado: aquel que deja su país. Como vemos en Polonia, la cifra creo que está rondando el millón, tuve oportunidad de apreciarlo en el Medio Oriente, en 1970, fines de 1969. En ese entonces era capitán y la Argentina, accediendo a un pedido del Consejo de Naciones Unidas, mandó a ocho oficiales argentinos, cuatro del Ejército, dos de la Armada y dos de la Fuerza Aérea, al Medio Oriente. Fue después de la Guerra de los Seis Días, 1967, y antes de la Guerra del Yom Kippur, 1973. Estuvimos allá un año, que coincidió con el rearme egipcio. Nos dividimos del lado israelí, la frontera era el Canal de Suez. El canal no estuvo operativo. Los puestos de observación nuestros estaban sobre el canal, muy próximos a los búnkeres israelíes, lo que se conocía como la Línea Barlev. Estando ahí, tuve oportunidad de estar en el Líbano, en Siria, en Jordania, donde había campamentos de refugiados. Es algo tristísimo, están a la total intemperie con problemas de agua, de comida, los chicos, las mujeres. Por eso me impactó mucho, allá en el Medio Oriente, la figura del refugiado, y la del desplazado en Colombia.

Déjeme entonces aprovechar su conocimiento de Escuela Superior de Guerra y todos los estudios que usted ha hecho sobre las guerras. Independientemente de las cuestiones éticas que son criticables, hay opiniones sobre que la operación rusa en términos militares no está funcionando porque demora más tiempo del que Putin preveía. Ahora, cuando uno compara otras guerras recientes, por ejemplo la invasión norteamericana a Irak, las fuerzas norteamericanas tardaron cuarenta días para entrar en Bagdad y las rusas en pocos días están en la puerta de la capital, Kiev. ¿Cómo evalúa usted militarmente el plan ruso? Y nuevamente le pido, siendo ascéticos de las cuestiones éticas y analizando la cuestión en materiales puramente. 
El embajador ruso en Colombia y el agregado militar ruso en Colombia me contaron una anécdota, curiosamente me dijeron: “Nosotros nos fuimos de Afganistán porque no podíamos vencer, este enemigo vivía en cuevas, no sabíamos qué y cómo comía, si tomaba agua o no, andaba en camellos, toda nuestra tecnología no nos servía” y me dijo otra cosa: “Los estadounidenses van a entrar y les va a pasar lo mismo”, y fueron derrotados también. Por eso digo que a veces la tecnología es imponente, pero la resistencia del pueblo es necesaria. En la Escuela Superior lo estudiamos con la Segunda Guerra Mundial, había una ciudad ucraniana que fue un modelo entre soviéticos y alemanes de combate: el combatir en localidades. Hay ciertos medios tecnológicos que no se pueden emplear, que se reducen. Por ejemplo, el tanque es un elemento apropiado, fundamentalmente concebido para combatir contra otro tanque, uno enemigo, pero necesita grandes frentes y grandes profundidades. Los ejemplos fueron en la Segunda Guerra Mundial. Los generales alemanes dijeron a Hitler que no invadiera la Unión Soviética porque la defensa soviética está en sus grandes espacios y en sus profundidades. El tanque necesita espacio para combatir en localidades. Es un blanco fácil en una ciudad. Un jovencito con un cóctel molotov muy precario se acerca y deja fuera de combate al tanque. Si mal no recuerdo, Ucrania debe tener una población parecida a Argentina. No solo es que hay que controlar y tomar una ciudad, Kiev. Luego hay que controlar la ciudad, el control de lo que se toma es más difícil que la toma misma. La superioridad tecnológica y militar rusa es sideralmente superior, el poder de combate relativo, con respecto al de Ucrania. Rusia debe ser en estos momentos, después de Estados Unidos, la segunda potencia militar. China quizá sea la tercera. Pero ese poder cuesta aplicarlo ahora. Me sorprendió que evidentemente puede haber habido también errores en la concepción estratégica, que luego inciden en lo táctico en extrema síntesis. A veces desde el punto de vista militar se habla de estrategia cuando los condicionantes tiempo, espacio, tropas, en gabinetes se analizan, pero no están materializadas, entonces se concibe un determinado plan, o campaña. La táctica es cuando ya las fuerzas están enfrentadas. Un ejemplo: nuestro libertador general San Martín, cuando concibe el genial plan continental, con ejército pequeño, cruzar a Chile y luego por mar. San Martín era un estratega, Pero cuando San Martín está conduciendo la batalla del 12 de febrero de 1817, o Maipú, 5 de abril de 1818, ambas en territorio chileno, cuando está conduciendo la batalla, San Martín es un táctico. Ahora se está en el marco táctico. Haciendo un cerco puede durar más, pero se evitan muertes humanas. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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