Thursday 28 de March de 2024
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Roberto Esposito: "Vivimos la politización de la medicina y la medicalización de la política"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 23 de February 16:31

Es el filósofo que abordó aun antes de la pandemia temas como la relación entre comunidad e inmunidad. Autor de textos esenciales como Communitas. Origen y destino de la comunidad, Immunitas, Bíos. Biopolítica y filosofía, Categorías de lo impolítico, Comunidad, inmunidad y biopolítica, dice que la crisis ambiental y la sanitaria constituye un momento que puede poner fin a una era de la historia.

En su libro “Comunidad, inmunidad y biopolítica” usted escribió: “En un texto dedicado a Kant como intérprete de la Ilustración, Michel Foucault señala la tarea de la filosofía contemporánea en un preciso sentido. Se trata de esa relación, tensa y afilada con el presente, que denomina con la expresión ‘ontología de la actualidad’. ¿Cómo hay que entender estas palabras? ¿Qué significa situar la filosofía en el punto, o sobre la línea, en la que la actualidad se revela en la densidad del propio ser histórico? ¿Qué quiere decir exactamente ‘ontología de la actualidad’?”. ¿Cómo respondería a esas preguntas en función de una sociedad que padeció una crisis sanitaria?
Sí. La expresión “ontología del presente” u “ontología de la actualidad”, usada por Foucault en relación con el célebre ensayo de Kant, debe entenderse como la invitación, como el compromiso de la filosofía de comprender su propio tiempo en el pensamiento tal como fue formulado por Georg Hegel. Es el compromiso de no encerrarse en un recinto autorreferencial de la filosofía sino de mirar hacia afuera. Abordar los problemas, las tareas y también los conflictos del mundo contemporáneo. La contemporaneidad debe entenderse en un sentido complejo y no literal. No solo como la última de las épocas, sino también como un tiempo que incluye en sí mismo otros tiempos diferentes. Y precisamente esto nos ayuda a captar el quehacer de la filosofía hoy en medio de la pandemia: ser contemporáneo significa tener en cuenta a partir de nuestro presente también el pasado. Por ejemplo, pensar en cómo se han enfrentado otras pandemias, pero también la invitación a captar alguna tendencia sobre el futuro y adivinar cuál será la nueva sociedad. Ser contemporáneo significa situarse precisamente en esta intersección entre presente, pasado y futuro. E intuir el sentido de la propia responsabilidad.

¿La experiencia de la humanidad actual desde el principio de 2020 puso más en cuestión nuestra idea de la biología o de la política? ¿Qué tradición merece repensarse con mayor intensidad a partir del coronavirus?
Lo que pasó en estos dos años nos exige y nos impone un nuevo pensar, un nuevo repensar tanto de la política como de la biología y la medicina. Lo que debe repensarse esencialmente es la relación entre sí. La relación entre política y biología fue definida con el complejo y hasta controvertido término de “biopolítica”. La biopolítica es la implicación directa entre la política y la vida biológica. Algo que se muestra cada vez más creciente y fuerte en nuestras sociedades. Hoy es imposible pensar los deberes y tareas de la política al margen de los problemas que plantea la biología. Algo que sucede no solo en términos de salud, sino también en nuestra relación con la vida y la muerte, o incluso con la sexualidad. Pero también es imposible mirar a la biología fuera del horizonte político. De ahí los fenómenos que desde principios del siglo XIX caracterizaron la modernidad: la politización de la medicina y la medicalización de la política. Estos fenómenos van en aumento y se generalizan cada vez más. Nos entrega recursos, pero también conlleva sus riesgos.

¿Cuáles son los textos clásicos de filosofía y de política que deberían releerse a la luz de la experiencia de los dos últimos años de la humanidad?
Es una pregunta realmente difícil. Hay muchos textos y autores, todos extremadamente relevantes. Si pensamos en el mundo clásico, hay textos hoy decisivos, como la República de Platón, no exentos de elementos que hoy definiríamos como políticos. En cuanto al tema general, el problema de la conservación de la vida y del vínculo de la vida individual con la vida colectiva; la vida de nuestro cuerpo y del cuerpo político, no se puede dejar de pensar en Thomas Hobbes. Y si queremos adentrarnos en el horizonte de la filosofía contemporánea, muchos de los problemas los enfrentamos precisamente en la intersección entre política, vida e historia. En particular mencionaré dos nombres, precisamente el de Michel Foucault y el de Hannah Arendt, quienes han interpretado, aunque de manera diferente, esta intersección entre la vida y la política. Pero también desde otros puntos de vista siguen siendo decisivos Walter Benjamin y Theodor Adorno. Su reflexión sobre los enigmas y abismos de la sociedad contemporánea y las intuiciones decisivas sobre la cuestión de la Justicia en su problemática relación con el derecho nos remiten a Simone Weil, al mismo Benjamin y también a Jacques Derrida.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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