La cantidad de presidenciables de la oposición genera problemas en el corto plazo, como los cruces que se están viendo entre los que participan de estas elecciones pero ya se anotaron también en las presidenciales 2023, como Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Facundo Manes y Gerardo Morales entre otros.
También habría que incluir en esta lista al propio Macri, aunque hoy pocos son los que lo consideren un potencial candidato a presidente. Es justamente su pobre administración económica relacionada con el 40% de votos con los que se fue, lo que genera más expectativas entre sus herederos. Porque consideran que su Gobierno fue lo suficientemente malo como para no volver a ser elegido, pero que existe un caudal latente de votos que podrían ser transferidos a un opositor que se presente como heredero “ma non troppo”.
Tanto Larreta como Manes y Morales se muestran críticos con lo hecho por el fundador del PRO entre 2015 y 2019, no solo en el terreno económico. Ellos creen que la cerrazón del espacio en torno al macrismo duro que caracterizó a esa gestión, fue uno de los motivos de su fracaso. Hasta Patricia Bullrich, elegida por Macri como jefa del partido, da por finalizado el ciclo de su mentor como presidente.
Los cruces públicos de ellos demuestran que todos toman a estas elecciones legislativas como un paso necesario hacia las presidenciales de dentro de dos años. Están seguros de que quien mejor se posicione ahora será el próximo mandatario de la Argentina, porque dan por cierto que la sociedad buscará un cambio político en 2023.
Manes y Morales creen que llegó el turno del radicalismo, con un modelo económico más socialdemócrata y alianzas políticas más amplias. Larreta no piensa muy distinto, salvo que cree que quien mejor lo comandaría es él, al frente de un consenso político y social que represente al 60% de la población. Bullrich sostiene que el error de Macri fue intentar acordar con el peronismo y el sindicalismo: entiende que la única forma de negociar es con una posición de fuerza y aplicando reformas económicas y laborales de shock.
Como contrapartida a estas peleas entre los líderes opositores, en el oficialismo hoy no se vea el nivel de conflicto y esto puede ser tranquilizador en el corto plazo, pero también significa que el oficialismo hoy no cuenta con tantas alternativas presidenciales como la oposición para enfrentar el difícil 2023.
por Gustavo González
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