¿Quién no se sentó en el sillón de la peluquería y confesó sus penas? ¿Cuántas confidencias se inscriben en la mesa o en la barra de un bar?
No es un mito que distintos escenarios y profesiones se convierten en una especie de oreja perfecta dispuesta a escuchar. Guillermina Rizzo lo analiza en su columna para Radio Perfil F.M 101.9.
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