La semana pasada, les contaba por acá mismo que desde un sector de la UCR porteña andaban diciendo que fue un error haber “repatriado” a María Eugenia Vidal, sacándola de la provincia que gobernó hasta 2019 y devolviéndola al otro lado de la General Paz. Esas fuentes señalaban que el Efecto Manes ya es nacional, que la batalla UCR-PRO se va a dar en todas partes con el cuchillo entre los dientes, que entre los votantes hay demandas de autocrítica y que, por eso, es falso que Vidal no tenga costos que pagar en la ciudad manejada por Horacio Rodríguez Larreta. Las principales tensiones antes de la decisión se dieron con Patricia Bullrich, que quería encabezar ella la lista y, al final, Larreta impuso a Vidal.
Asocié esa información con una nueva encuesta que acabo de recibir. La hizo la consultora Proyección entre votantes de CABA. Se da una curiosidad en los números: al dato previsible de que el Jefe de Gobierno sigue siendo el político con mejor imagen en el distrito, se suma que Bullrich tiene más imagen positiva y menos imagen negativa que Vidal. Y que la lista del Frente de Todos –encabezada por Leandro Santoro y Gisella Marziotta- está dos puntos por encima de la que Vidal capitanea junto a Martín Tetaz.
Ni una ni otra diferencia son tan grandes, menos aún teniendo en cuenta que la campaña electoral hacia las PASO del 12 de septiembre recién se está empezando a calentar y, como era lógico, por ahora se la ve más chispeante en el capítulo bonaerense que protagonizan el neurólogo y el “Colorado” Santilli. Repasemos los números:
• Patricia Bullrich tiene una imagen positiva de 41 puntos, mientras María Eugenia Vidal está en 39.
• En cuanto a la imagen negativa, la presidenta del PRO está en 47 y la ex gobernadora, en 49.
• La diferencia entre Santoro-Marziotta y Vidal-Tetaz es de 32 y medio a 30 y medio, aunque en este caso habría que sumar para Juntos por el Cambio en la elección general el 10% que se reparten Ricardo López Murphy y Rodolfo Rubinstein para la interna. Hablamos de que Vidal mide menos que Santoro.
La campaña de lo que hasta hace poco conocíamos como “macrismo” tiene básicamente dos problemas:
1) Hay figuras que quedaron demasiado comprometidas con la gestión anterior y sólo algún “outsider” tipo Manes puede poner cara de “yo no fui” sin sentir la presión por esbozar alguna autocrítica.
2) Todos, incluido el propio Manes, corren el riesgo de “presidencializar” en exceso la campaña, cuando se está yendo a una elección parlamentaria donde suelen pesar mucho los localismos y la búsqueda de opciones más “independientes”, mientras que hoy la población, que está fatigada y con una gran tendencia al enojo, tiene otras urgencias.
En el caso de esta misma encuesta de Proyección, los porteños –que son los habitantes de la ciudad más rica del país- se muestran preocupados, sobre todo y en este orden, por la inflación y el costo de los alimentos y por quedarse sin trabajo. Creen que Buenos Aires necesita más inversión en seguridad, educación, empleo y salud. Y consideran que los temas centrales de la campaña deberían ser: inflación, empleo, seguridad y producción.
Estas tendencias podrían darle sentido a la sutil preferencia sobre Bullrich por encima de Vidal. Hablan de una sociedad empobrecida y abrumada que tal vez busca liderazgos más “al pan, pan y al vino, vino” sin mucho espacio para las sutilezas racionales. Pero bueno: una encuesta tampoco es la realidad.
por Edi Zunino
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