Saturday 20 de April de 2024
Perfil

Plan B (con B de Buenos Aires y Esteban Bullrich)

PODCASTS | Por Edi Zunino | 13 de December 11:05

Esteban Bullrich empezó la semana que iba a terminar renunciando al Senado de la Nación con la presentación de un libro que, en realidad, es un proyecto sobre un tema tabú en la política argentina: qué hacer con este gigante llamado Provincia de Buenos Aires, con su conflictivo Conurbano y con el concepto de AMBA que la pandemia marcó a fuego en el manual de las urgencias por resolver para equilibrar el desarrollo y resignificar el federalismo, pero siempre postergadas por los apremios electorales de la dirigencia. 

En síntesis, la propuesta consiste en reestructurar Buenos Aires en cinco nuevas provincias: Buenos Aires del Norte, Buenos Aires del Sur, Buenos Aires Atlántica, Provincia de Luján y Provincia del Río de la Plata. Recomiendo no entretenernos en los nombres, sino en el criterio.
En Buenos Aires del Norte vivirían uno 2,2 millones de personas. Pasaría a ser la sexta provincia argentina por cantidad de habitantes. En San Nicolás de los Arroyos, cuna histórica de la Constitución Nacional, se asentaría su capital.

Buenos Aires del Sur, con algo más de 1,3 millones de habitantes, distribuidos en 33 municipios, sería la 11° provincia argentina más poblada. Su capital sería Bahía Blanca, dado un viejo anhelo regional: en 1901, la Cámara de Senadores de la Nación aprobó́ un proyecto en ese sentido presentado por el senador y expresidente Carlos Pellegrini, que no alcanzó el acuerdo en Diputados y perdió́ estado parlamentario. 
La Provincia de Luján, cuya capital sería esa ciudad homónima, con unos 6,2 millones de habitantes proyectados, pasaría a ser la segunda más poblada del país.
En la provincia del Río de la Plata radicarían de manera residual las actuales instituciones provinciales hasta que, por acuerdos entre las partes y cuando fuera necesario, sean distribuidas o transferidas. Según Bullrich, “La Plata tiene todos los atributos para ser elegida la capital provincial y potenciar su rica historia”. En la nueva provincia, que pasaría a ser la más poblada de la Argentina, vivirían 6,5 millones de personas.
Este Plan B, con B de Bullrich y de Buenos Aires, no debería generar, según su autor, más cargas presupuestarias ni más cargos administrativos. Se basa en los artículos 121 y 124 de la Constitución -que promueven regionalizar el país de acuerdo con las necesidades del desarrollo productivo y humano- y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible que componen la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, a la que Argentina adhirió en 2015, todavía sin demasiado suceso. La intención es acortar distancias, fortalecer identidades y descomprimir focos conflictivos, para centrar inteligencias y esfuerzos en programas productivos, ambientales y sociales de mediano y largo plazo.

No se trata de un plan acabado ni perfecto y, mucho menos, realizable sin ponerlo en una mesa de conversaciones amplia y desprejuiciada. Tampoco es el único proyecto en ese sentido que anda dando vueltas por los escritorios del Congreso Nacional, ni fue casual que en la presentación de Bullrich estuviera presente Fernando “Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita y el funcionario de la Jefatura de Gabinete que se encarga de las relaciones entre la Casa Rosada y el Parlamento: Navarro es otro de los motores para que este tema estratégico integre la agenda del diálogo que debería venir.
Por el momento, el Plan B de Esteban Bullrich tiene dos ventajas: se basa en los mismos criterios amplios y democráticos de su conmovedor discurso de despedida; y, segundo, ese mismo shock anti-grieta permitiría que se lo aproveche positivamente antes de que se diluya en la sencillez del día a día.

Termino con algunos datos para medir el Efecto Bullrich, aportados por el colega Diego Corbalán:
•    Las menciones a Bullrich –de por sí altas desde que se hizo pública su lucha contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica- pegaron un salto del 4.600% en redes sociales entre el día anterior y el día después de su discurso de renuncia. De un alcance de 306.665 cuentas pasó a 11.311.000.
•    El interés en Bullrich, su discurso, su vida y su dramática circunstancia también se multiplicó en las búsquedas de Google.
•    Generó una “tormenta de emociones”, sintetizadas en estos cuatro términos más mencionados: “imprescindible”, “ejemplo”, “actitud” y “fuerza”.

Algo bueno debería salir de semejante impacto, más allá de las palabras de ocasión y las palmaditas en la espalda.

por Edi Zunino

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