El cuarto Mundial de fútbol de la historia se jugó en Brasil, intentando una alternancia entre los continentes americano y europeo, que sería quebrada, una vez más, cuando se realicen dos mundiales seguidos en europa en 1954 y 1958. Después de la devastación que había provocado la segunda guerra mundial, el mundo intentaba retomar cierto orden. Fue lógico entonces, que el mundial de fútbol se organizara en el continente americano.
La Argentina retomó viejas prácticas y viejos reclamos para ser el organizador de la competencia, por eso, se negó a participar.
El Mundial de Brasil se disputó entre el 24 de junio y el 16 de julio, con 13 equipos divididos en cuatro zonas. Los partidos se disputaron en seis estadios diferentes, ubicados en otras tantas ciudades. Se disputa en seis estadios de seis ciudades distintas, Río de Janeiro, Recife, San Pablo, Belo horizonte, Curitiba y Porto Alegre.
Para este mundial se construyó el mítico Estadio Maracaná, que por décadas fue el más grande del mundo, con capacidad para 200 mil personas.
Fue el único mundial que se consagró a un campeón por puntos. Los ganadores de cada una de las cuatro zonas jugaron un cuadrangular final. Si bien no se jugó una final, el partido entre Uruguay y Brasil terminó siendo algo parecido. Al local le alcanzaba con el empate. Pero los uruguayos ganaron por 2 a 1, en un partido que más de 70 años después se sigue comentando. Se lo llamó “Maracanazo” y fue una de las situaciones más extraordinarias que dio el fútbol en un mundial.
Después de un primer tiempo totalmente favorable a Brasil, recién a comienzos del complemento lograron ponerse en ventaja. El Maracaná se caía de festejos, pero un jugador uruguayo, reclamó un fuera de juego inexistente. Lo hizo para frenar la euforia. Siguió reclamando hasta que se calmaron los festejos. Enfrió el partido y logró su objetivo. A partir de ese momento, Uruguay dominó el partido y la situación, primero empató con gol de Schiaffino y luego convirtió el segundo gol Gigghia, faltando unos 10 minutos para el final.
Solo tres personas en la historia han conseguido hacer callar al Estadio Maracaná: el Papa, Frank Sinatra y yo, dijo con orgullo el autor del gol definitivo.
Escuchá "Perfil Mundial: un toque de historia", especial Mundialista de Carlos Piro para Radio Perfil FM 101.9.
por Carlos Piro
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