Wednesday 24 de April de 2024
Perfil

Pequeñas historias de la historia grande: Manuel Mujica Láinez y Bomarzo

PODCASTS | Por Esteban Nigro | 04 de November 19:43

Hay escritores que los hayamos leído o no, sabemos que existen. Uno de ellos por ejemplo es Manuel Mujica Láinez. Los invito hoy a que conozcamos algo más de él.

Manuel Mujica Láinez nació en Buenos Aires en 1910. Es autor, entre otros libros conocidos, de Misteriosa Buenos Aires: una compilación de 42 relatos breves que si uno
conoce las callecitas porteñas, vale la pena leer al menos uno de ellos. Pero dejemos ahora ese libro de lado porque hoy traigo para compartir de su vida una increíble anécdota de
viaje.

Resulta que en la década del 50, leyendo muy cómodo una mañana en el sillón de su casa de Buenos Aires, Manuel Mujica Láinez o mejor digamos Manucho (como más se lo conocía
por entonces), se asombró con una nota en el diario que hablaba de un parque medieval de monstruos gigantescos tallados en piedra. Al ir leyendo la nota, entre árboles y arroyos
Manucho descubrió a través de esas fotos blanco y negro una fabulosa sucesión de desmesuradas esculturas. Tenían un aspecto terrible y hasta absurdo, y representaban
personajes míticos y fantásticos. La nota terminaba comentando que el parque quedaba cerca de la ciudad de Roma. Amante de los viajes como era, a Manucho las imágenes lo
impactaron tanto que se prometió visitar aquel lugar algún día.

Años más tarde y estando casualmente en esa ciudad donde recordemos la mitología romana nos habla que una loba llamada Luperca alguna vez amamantó a Rómulo y Remo,
Manucho recordó su promesa. La situación no podía ser mejor: estaba en Roma con tiempo, y recordaba que aquel parque con monstruos de piedra quedaba cerca... aunque,
aunque había un problema. Pero mejor escuchemos de él mismo, cuál era ese problema: “Me había olvidado del nombre de aquel sitio, me había olvidado de esa palabra Bomarzo
que ahora digo todo el tiempo. Y preguntaba a los italianos, acá, allá, a gente que conocía por un lugar así, con unos monstruos de piedra... nadie lo sabía, nadie lo había conocido”. Nadie parecía haber escuchado jamás sobre ese parque, pero... ¿cómo podía ser? Estando tan cerca de Roma.

A Manucho se le estaba acabando su tiempo y casi que ya había perdido las esperanzas. Afortunadamente para Manucho su suerte iba a cambiar: “Y un día en una comida, conocí a un arquitecto muy joven, que se llama Nato Frasca y entonces para conversar, así para tener un tema en la mesa, le hablo de que yo buscaba ese sitio y me dijo “Come, ma questo è Bomarzo!””. "¡Ma questo é Bomarzo!" le contestó el arquitecto. Claro... así se llamaba el parque! Nuestro escritor no podía estar más feliz.

Al otro día Manuel Mujica Láinez estaba recorriendo en auto los apenas 90 kilómetros que separan la ciudad de Roma de la comuna que da nombre al parque de los monstruos. Una
vez llegado, consultó a los locales y finalmente dio con un ragazzo que se ofreció a guiarlo. Tras caminar varios minutos en medio de un sofocante calor de verano, cual fue su
sorpresa cuando finalmente encontró camufladas entre el follaje aquellas figuras fantasmagóricas que años atrás había descubierto del otro lado del Atlántico, leyendo en la
tranquilidad de su casa de Buenos Aires. Una tortuga gigante por aquí, un elefante con una torre encima por allí, el dios Neptuno y un pegaso alado en escalas colosales.

Tras ir descubriéndolas una a una, no podía creer que sus ojos volvieran a ver esos monstruos después de tantos años de haber leído aquella nota en el diario. Allí mismo decidió que su
próxima novela tendría lugar en ese parque de monstruos medieval y claro, la llamaría “Bomarzo”. Esta novela es considerada hoy en día la obra cumbre de Manuel Mujica Lainez.

por Esteban Nigro

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