Friday 19 de April de 2024
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Luis Liberti y Ricardo Albelda: "El encuentro fraterno entre los argentinos no es posible sin la búsqueda de la verdad"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 14 de February 18:30

Dos de los autores de un libro fundamental, y una novedad para la historia de la Iglesia católica en la Argentina, cuentan el proceso de investigación que llevaron adelante, a pedido de la Confederación Episcopal Argentina y la Universidad Católica, tomando como una de sus fuentes principales los archivos, que por primera vez abre la Iglesia, sobre los años de mayor violencia política de nuestro país.

El libro es un estudio académico sobre la Iglesia argentina durante los períodos de la dictadura, que surge desde la misma Conferencia Episcopal Argentina y deriva del propio archivo. ¿Por qué la necesidad de la Iglesia Católica de revisar, documentar y pedir públicamente disculpas por el su accionar en aquellos tiempos oscuros cuarenta años después? 
ALBELDA: Creo, en primer lugar, que la Conferencia Episcopal Argentina, hace muchos años, está haciendo una memoria histórica de su pasado, reconociendo que muchas veces no estuvo a la altura de las circunstancias. Sobre todo para evitar esa espiral orgánica de violencia tal cual ponemos en la obra que nos ocupa. No obstante, convendría decir también que hubo muchas figuras de la Iglesia de manera individual o colectivamente, tanto el episcopado, el clero, los religiosos, los laicos, que ciertamente alzaron su voz en ese momento. Y también hubo muchos documentos desde, ya en época de la última dictadura militar hasta entrada la democracia, en donde la Iglesia reconoce, hace memoria de ese pasado y pide públicas disculpas frente a la sociedad. Simplemente menciono algún documento como para que se tenga una mediana idea. Ya en el año 1981, “Iglesia y comunidad nacional” es un documento donde la Iglesia pide por el retorno a la democracia en 1983, todavía antes de la asunción de Alfonsín, en el documento “Dios, el hombre y la conciencia”, la Iglesia hace una sincera revisión de lo acontecido en la dictadura. Es importante mencionar este documento porque a veces se suele achacar que la Iglesia tiene sus tiempos y sin embargo en dictadura hace un examen de conciencia de lo acontecido. Posteriormente, ya con el regreso democrático, año 1984, una serie de documentos, “Iglesia y derechos humanos”, repasa todos los documentos publicados por el Episcopado desde el año 1970 hasta el año 1984. Sigo adelante, año 1995, caminando hacia el tercer milenio, primer pedido de disculpas concretas de la Iglesia argentina por lo sucedido en la última dictadura militar. Pedido de disculpas que continúa en el año 2000 con “Reconciliación de los bautizados”, en donde se hace una confesión de culpas, un arrepentimiento y pedido de perdón. Y finalmente, un documento que tengo aquí del año 2012, “La fe en Jesucristo nos mueve a la verdad, la justicia y la paz”, leo simplemente un pedacito mínimo, que dice: “Queremos estar cerca de cuantos sufren todavía por hechos no esclarecidos ni reparados. Aquí está justamente la motivación de por qué se inicia esta investigación. Cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia y agrega dolor y escepticismo. Sabemos que en miles de familias hay heridas abiertas angustiosas por lo acontecido después del secuestro, detención o desaparición de un ser querido. Compartimos el dolor de todos ellos y reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debíamos”.

¿Cómo fue el trabajo de coordinación y entendimiento entre tantos autores? 
A: Primero hay que decir lo siguiente, la aprehensión de la verdad histórica es un trabajo plural porque supone aprehender acontecimientos constatados empíricamente, pero al mismo tiempo recibidos por subjetividades, por personas concretas. No se puede hacer historia, no se puede construir historia de una manera aséptica, sino que hay que ver las distintas subjetividades, personas, que en distintos tiempos, con distintas historias, con distintas vivencias, han accedido a esa historia. Y por eso nos propusimos no hacer una obra individual ni tampoco colectiva, que sea una mera suma de reflexiones de distintos autores, sino que buscamos hacer una obra colectiva con mucha diversidad. Recién comentábamos que teníamos teólogos, historiadores, filósofos, pero al mismo tiempo con una determinada orientación y una estructura. Atento a esto, durante varios años fuimos leyendo las fuentes, trabajando esas fuentes, escribiendo. En plena pandemia del año 2020 tuvimos duras reuniones virtuales, no estábamos acostumbrados, en donde íbamos compartiendo con otros investigadores de la misma obra lo que íbamos elaborando, y nos iban dando sugerencias, aportes, textos desconocidos. Durante el año 2021, abrimos estos textos preliminares a otro grupo de investigadores, otros profesores dentro de la universidad, dentro de la Facultad de Teología, pero también hacia afuera, para que nos dieran un poco su parecer. Y lo mismo estamos haciendo con el tomo tres, el tomo hermenéutico que hay algunos autores que están escribiendo, pero también continuamente estamos intercambiando distinto material, distintas perspectivas para enriquecer la obra. 

¿Cómo analizan la relación entre la jerarquía eclesiástica de ese momento y las Fuerzas Armadas en el golpe de 1976? 
LIBERTI: Este es un punto que va a estar más explícito, si se quiere, en el tomo dos. Ahí es donde analizamos concreta y detalladamente, y hasta en un tono cronológico, aunque no pretendemos hacer cronología porque siempre va a aparecer algún documento al que en este momento no hemos tenido acceso, o no lo tenemos. Ahí va a aparecer con un mayor detenimiento esto que podemos interpretar: la jerarquía, ¿qué entendemos por jerarquía, únicamente el episcopado? Podríamos cuestionarlo. 

Su propia interpretación, ¿como lo colocaría? 
L: Claro, lo pensaría ciertamente en el hecho de que si las figuras externas, la figura visible, diríamos hoy, lo que es tangible, ha sido el episcopado. No es la única autoridad, porque un párroco en otros contextos y en otros ambientes tenía más autoridad que un intendente, que el famoso comisario, o a veces un líder de un movimiento juvenil. O lo que fueron los asesores de las juventudes universitarias, todos tuvieron un rol protagónico de liderazgo. Si vamos al episcopado, en el tomo dos, ahí es donde hacemos mayores análisis. ¿Cuáles fueron los medios que optó como episcopado, es decir, como cuerpo? No, ver quién estaba en esa época, Tortolo o Primatesta o Zazpe o Aramburu, por nombrar cuatro obispos significativos, no, ellos cuatro que conformaban la comisión ejecutiva, y a la vez representaban al episcopado, porque eso está por los estatutos de la Conferencia Episcopal Argentina actual. Y de qué manera optaron, de qué medios en orden a estos vínculos con los estamentos de Estado, que son diversos y distintos, que hubo algunos que privilegiaron y hubo otros que, aunque se sugirieron y hasta se propusieron, se consideraron que eran. 

Intuyo que queda implícito que usted hace una diferencia entre el episcopado y otras jerarquías dentro de la Iglesia. 
L: Tiene que ver sí, porque ciertamente todo este episcopado tenía que vincularse necesariamente con la Santa Sede. Y la Santa Sede también a través del nuncio y a través de la Secretaría de Estado, indicaba, sugería, proponía o también en su momento intervino. El Ángelus de Juan Pablo II fue una sorpresa, más allá de todo lo previsible. A esa razón me quiero dar a entender.

Al encarar el proyecto de investigación conjunto con la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, ¿cuál es el aporte que hace la facultad y en qué se distingue de la misión pastoral del episcopado? 
A: En primer lugar, hay que dejar en claro los distintos actores. Esta es una obra encomendada por la Conferencia Episcopal Argentina, estamos hablando de los obispos de la República Argentina, a la Facultad de Teología, que pertenece a la Universidad Católica de Argentina. La Facultad de Teología asume este pedido de hacer memoria, de buscar esa verdad que nos hace libres a través de una serie de docentes, de investigadores de la propia Facultad de Teología, quienes son los responsables académicos de cada uno de los escritos en cada capítulo. La Universidad Católica Argentina, ciertamente a la que pertenecemos, contribuye con su promoción, con su publicación, con su apoyo, desde el punto de vista logístico, económico y moral también podríamos decir, con esta publicación. ¿En qué se distingue de la misión pastoral del episcopado? Como dice también el prefacio de la obra en donde escriben los obispos reunidos en la Conferencia Episcopal, “tarea de la Iglesia es buscar, entre otras, la paz y la reconciliación entre los argentinos”, el encuentro fraterno entre los argentinos. Como Facultad de Teología, como teólogos sabemos que ese encuentro no es posible sin la búsqueda de la verdad. Lo que intentamos aportar es la búsqueda de la verdad para alcanzar esa justicia tan largamente esperada que pueda producir los frutos de la reconciliación entre los argentinos. 

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

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