Friday 19 de April de 2024
Perfil

Luciano Laspina: "La herencia económica y social que vamos a recibir en 2023 es mucho peor que la que se recibió en 2015"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 26 de April 17:30

El diputado nacional de Juntos por el Cambio analiza en retroactiva los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri de cara a las elecciones de 2023, a la vez que destaca el rol de Javier Milei en el debate público y alienta las reformas necesarias para llevar a la Argentina a un crecimiento económico sostenido en el tiempo.

¿Cómo podrá consensuar un plan económico común, que en el fondo es un plan de gobierno común, Juntos por el Cambio para presentarse en las elecciones del año próximo al haber diferentes visiones respecto de cuánto Estado en los distintos integrantes de la coalición? 
Hay un trabajo que empezó hace algunas semanas, entre las tres o cuatro principales fundaciones que componen JxC, la Fundación Hannah Arendt de la Coalición Cívica, la Fundación Alem del radicalismo, la Fundación Pensar del PRO y también la fundación que nuclea a lo que sería el peronismo republicano de Miguel Pichetto, para empezar a trabajar en lo que son los grandes lineamientos de un programa de gobierno consensuado. Por supuesto, habrá matices en el futuro, pero básicamente hay que poner en blanco y negro lo que van a ser los grandes lineamientos de un futuro gobierno. Es un trabajo que debe hacerse de cara al desafío de gobernar en la Argentina con grandes coaliciones, que es el sistema político que hoy tenemos, al menos que ha emergido.

Que sería el desafío que no pudo cumplir ninguna de las dos coaliciones, la que gobierna ahora, tampoco la anterior, que llegó al gobierno más como una coalición electoral y luego sin un plan de gobierno unificado. 
Fue un fracaso mucho mayor el actual experimento del Frente de Todos, porque hay una pelea abierta entre la fórmula presidencial, el Presidente y la vicepresidenta. En el caso de nuestra experiencia, 2015-2019 funcionó muy bien, con un liderazgo muy fuerte por el entonces presidente Macri, y sí con algunas disidencias programáticas o por lo menos en cuanto a la velocidad que había que imprimir a las reformas. Pero dentro de todo funcionó bastante bien para lo que fueron los desafíos de aquel momento. En todo caso, más que fallas políticas, en aquel momento hubo fallas técnicas, de organización de la secuencia de reformas que necesitaba la Argentina. Quizás cierta subestimación del problema macroeconómico que se heredaba después de 12 años de populismo exacerbado, pero políticamente la coalición funcionó bien. Esta vez los desafíos van a ser mucho mayores y las reformas van a tener que ser más audaces, por el agotamiento de aquel modelo, del viejo modelo populista que ronda en la Argentina a lo largo del último siglo, pero también por el retorno del kirchnerismo; volvimos a las andadas en términos de políticas populistas. El desafío de las reformas que hay por delante requiere de una conversación previa mucho más profunda de la que se tuvo, y la que incluso se debía tener cuando asumimos el gobierno en diciembre de 2015.

Durante el gobierno de Macri las disidencias fueron acalladas simplemente porque era uno el que mandaba, pero estaban subyacentes. Hoy emergen porque la división del poder es más horizontal. En una entrevista que tuve en estos días con Alfredo Cornejo, decía que tenía una disidencia con parte del propio partido radical, concretamente con su sucesor en la presidencia del partido, Gerardo Morales, respecto de que él creía que primero había que producir y luego distribuir, mientras que otros correligionarios creían que primero había que distribuir y después producir. Imagino que dentro del PRO las diferencias pueden ser un poquito menores, pero de cualquier forma el radicalismo no es un actor menor dentro de JxC. ¿Cómo se amalgama primero distribuir o primero producir?
Siento que Argentina atrasa un siglo con los debates, es lógico que el modelo distribucionista haya sido una máquina de generar pobreza e inequidad en la distribución del ingreso. Básicamente, un país que no genera empleos, que no exporta, que no invierte, que no ahorra porque no tiene moneda, es un país imposibilitado para mejorar las condiciones de vida de su población. Esto es un principio básico, después se puede trabajar sobre determinadas políticas que puedan ir orientando en una dirección o en otra, la distribución del ingreso a través de los impuestos, fundamentalmente a través del gasto más que de los impuestos, es un principio básico de las finanzas públicas. En general, los impuestos tienen que ser eficientes, tener potencia recaudatoria para distorsionar lo menos posible las señales de la economía y hacer la parte más distributiva a través del gasto público. Aquí hacemos todo lo contrario. Tenemos impuestos sumamente extorsivos, sumamente regresivos, y la distribución del gasto público, sobre todo en materia de subsidios, es también absolutamente regresiva, o sea que hacemos todo mal. Hoy por hoy hay un diagnóstico mucho más claro, más allá de la visión puntual de uno u otro dirigente, en la sociedad, en la dirigencia, en el empresariado, respecto de que este modelo está agotado y que tiene que ser transformado de raíz. Me refiero al modelo populista inaugurado por el kirchnerismo a partir de 2003, con matices y con un proceso que se fue profundizando, que consiste en aumentar impuestos y el gasto público para generar una supuesta redistribución del ingreso, que solo termina generando menos crecimiento, más inflación y más pobreza. Hoy el diagnóstico es mucho más claro de lo que era en 2015, cuando había un sentido de que había que hacer correcciones porque la política de subsidios estaba fuera de control, porque el déficit fiscal era muy alto, etc., y la inflación también muy alta. Pero no había el grado de deterioro del modelo económico y social como el que sí se observa hoy, y como ya está claro para la mayoría de la población. La gran ventaja respecto de 2015 es precisamente que ese consenso está creciendo. La desventaja es que la herencia económica y social que vamos a recibir en 2023 es mucho peor que la que se recibió en 2015. La única ventaja que tenemos son las condiciones de inicio. Va a haber una crisis mucho más explícita de cara a la sociedad de lo que era en 2015, un agotamiento respecto de este modelo mucho más claro, y sobre todo va a haber mayorías parlamentarias que en 2016 no teníamos. Teníamos un tercio de la Cámara de Diputados, un quinto del Senado, hoy en el escenario base con JxC llegando a un módico 40%, que es un poco el piso histórico que hemos tenido en las elecciones, vamos a tener no menos de 121, 122 diputados, o sea siete diputados del quórum propio y no menos de 35 senadores, a dos senadores del quórum propio. Eso es una diferencia fundamental de cómo el gobierno se va a plantar de cara a la posibilidad de hacer reformas. Los matices que pueda haber dentro de la coalición de gobierno van a quedar opacados por lo que va a ser una crisis de gran magnitud social y política, y una demanda muy clara de la sociedad de un cambio de 180 grados en la política económica en la Argentina.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

Galería de imágenes

Comentarios

Espacio Publicitario

Espacio Publicitario