Para quién no conoce la realidad española le cuesta mucho entender cómo puede ser que a esta altura del Siglo XXI y con poco más de 40 años de democracia, abordar las heridas abiertas que dejó el franquismo es un tema que pone de los nervios a más de uno.
La dictadura de Franco, que ya comienza a ser aceptada como tal por casi la totalidad de la sociedad española, es mucho más que persecuciones, crímenes y un estado fuertemente identificado con el nacionalismo católico.
Es también poder político y económico que perdura hasta el día de hoy, tanto que el Partido Socialista tiene serias dificultades para perseguir con leyes el legado franquista que vaya más allá de lo simbólico, a pasar que lo debería hacer con total normalidad ideológica.
Los socios del gobierno español, Socialistas y Unidos Podemos, firmaron una enmienda a la Ley de Memoria que genera distintas lecturas y debate.
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por Sergio Manaut
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