Friday 29 de March de 2024
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López: "Es cierto que hubo prejuicios ante la Sputnik, pero tampoco Gamaleya fue muy prolijo"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 09 de February 08:29

La irrupción de las vacunas a menos de un año de los primeros casos de covid-19 es un hecho inédito en la historia de la humanidad. Uno de los miembros del comité de expertos que asesoran al Gobierno sobre la pandemia explica con detalle cómo actúan y qué efectos producen. Dice que en un estado de emergencia la prioridad debe ser evitar las hospitalizaciones y las muertes. Con muchas de las vacunas quizás haya personas que se enfermen por el coronavirus, pero de una manera parecida a una gripe o un catarro. El gran desafío, advierte, es que lleguen las dosis necesarias y que funcione la logística. 

—En sus comienzos dudó entre la medicina y ser cura. ¿Qué hay en común entre ambas vocaciones, más allá del significante “cura”? 

—El cuidado de la gente. Es lo que sucede con los buenos médicos y los buenos curas. Es una vocación humanística. Tuve una formación dentro del catolicismo barrial, trabajando con grupos. Después decidí dedicarme a la medicina, que desde siempre me gustaba. Fue una buena elección. Me parece que hubiera sido un mal cura. Hice la carrera en Buenos Aires, en la UBA. Todo mi posgrado fue en el Hospital de Niños. Y me perfeccioné en Houston, Texas. Ahí estuve dos años y medio. 

—¿Qué sintió cuando lo convocaron a participar del comité de expertos?

—Me pareció que era interesante. Es un grupo muy heterogéneo con distintas visiones de la medicina. No solo interesante. También era necesario. En la pandemia de gripe de 2009 participé de un comité que armó en ese momento Mauricio Macri, que era intendente de la Ciudad. Era un grupo un poco más chico, lo que le dio cierta operatividad mayor. Fue una experiencia muy buena, aprendí mucho. Lo que más desea un infectólogo es manejar una pandemia. Yo manejé la parte pediátrica y el doctor Jorge San Juan la de adultos. Fue una experiencia bárbara. Fue muy interesante el abordaje de esa pandemia, muy distinta a la de ahora. 

—¿Cuáles son las diferencias esenciales? 

—Para el virus de la gripe, de influenza, hay un tratamiento, que, si uno lo da precozmente dentro de las primeras 48 horas, impacta sobre la evolución de la enfermedad, el famoso Tamiflu. Se hizo muy popular en esa época. El segundo tema es que ya había vacuna de gripe circulante. Lo que se hizo fue adaptar esa vacuna y se le agregó el virus nuevo, el H1N1. Por tanto, fue relativamente más fácil. El virus de la gripe tiene mucha mayor estacionalidad que este. Cuando llega el calor, a mitad de la primavera, el virus de gripe desaparece. Cambia con las estaciones en los hemisferios. Cuando llegó el calor, el virus se terminó abortando. Este virus tiene alguna relación con el calor, con la temperatura, pero no es tan fiel a las temperaturas altas. En laboratorio pierde viabilidad con el intenso calor, 30 grados; empieza a perderlo con 27 grados, pero en la vida real baja cuando es el verano, como pasó en Europa y un poco acá, pero no se extingue. Sigue circulando en menor medida. 

—En la grieta política hay quienes tomaron al coronavirus como parte de la disputa. Hay quienes criticaron de la misma manera al Gobierno que a la vacuna rusa. (n. de la r: la entrevista se hizo el lunes, un día antes de la publicación del artículo de “The Lancet”). 

—Hubo diferentes estrategias para hacer vacunas. Si tomamos el tema de los “vectores virales”, hay cuatro: la de AstraZeneca, la vacuna Sputnik V, la de Johnson & Johnson y la de CanSino. Mucha gente no sabe que hay una vacuna también de CanSino. Un vector viral es un virus al que usted le saca toda la parte que da enfermedad y queda como mero transportador. Sobre ese virus se colocan los genes que van a expresar la proteína S, el elemento que se une del coronavirus a las células del epitelio respiratorio, de la nariz hasta el pulmón. Las vacunas de AstraZeneca, de Johnson & Johson, la de Gamaleya y de Cansino son muy similares. Todas usan el mismo virus, adenovirus. La vacuna rusa tiene una debilidad que a su vez es una fortaleza: utiliza dos distintos adenovirus, uno se llama 26, el otro 5. Cuando usted pone primero el 26 y después el 5, los anticuerpos suben mucho más rápidamente que si usted usa el mismo adenovirus en las dos dosis. ¿Cuál es la debilidad? Que usted tiene que producir los dos componentes. Es una buena vacuna. Se habló de la demora en publicar datos. El vector viral de Johnson & Johnson tampoco está publicado. Tampoco está publicado el de virus inactivados, la Sinopharm y Sinovac. Tampoco están publicados los datos de la vacuna Novavax. Todos los laboratorios, aunque parezca mentira, usaron la misma estrategia: enrolaron 30 mil, 40 mil enfermos y los estudiaron. Es lo que los médicos llamamos estudio interino o intermedio. A la mitad del estudio, un comité independiente analiza y señala el porcentaje de eficacia y de episodios adversos. Los laboratorios pueden publicarlo, habitualmente lo hacen los investigadores que hicieron el estudio. Pero pueden no publicarlos, aunque parezca mentira. Sí deben presentar toda la documentación de los mecanismos en los institutos regulatorios de control, los que aprueban, como la FDA (Food and Drug Administration), la EMA (European Medicines Agency), llámese Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) en Argentina o Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria) en Brasil. Lo que hicieron los rusos es presentar la documentación a la Anmat. Es un instituto de muchos años cuyo grupo que analiza los datos es de carrera, realmente que no lo mueven los avatares políticos. Aprobó en base a los datos que le dieron. Fue bastante coherente. Primero dijo que faltaban los datos de mayores de 60 años. Si no los traen, no se aprueba. Así salió la primera aprobación de la vacuna Sputnik V. Cuando aparecieron los datos, se analizaron y se aprobó. En realidad, cuando es de gobierno a gobierno, la Anmat no puede aprobar vacunas por ley, tiene que recomendar su uso. Quien aprueba es el Ministerio de Salud, que fue lo que se hizo con la vacuna de Gamaleya. En cambio, la vacuna de AstraZeneca y la de Pfizer se aprobaron directamente por Anmat porque son vacunas que tienen representatividad en la Argentina, tienen una casa matriz. Acá hay un representante de Pfizer y hay un representante de AstraZeneca. Hay vacunas que tienen datos en mayores de 60, hay otras que no. Hay algunas que tienen una eficacia de un 51%, como la Coronavac, que se estudió en Brasil, que será fabricada por el Instituto Butantan. Todas las vacunas tienen muy buena actividad frente a casos graves. Se podrá adquirir una gripe o un cuadro respiratorio leve, pero no me voy a enfermar como para internarme o ir a terapia intensiva. Esto es el modelo. Hasta ahora todas las vacunas muestran esto. La Sputnik V también. 

Escuchá el reportaje completo en Radio Perfil. 

 

por Jorge Fontevecchia

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