Friday 29 de March de 2024
Perfil

Cómo son los armados electorales que preparan Alberto Fernández y Cristina Kirchner

PODCASTS | Por Gustavo González | 21 de March 10:34

Los debates en el Congreso en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la oposición minoritaria de Cristina y Máximo Kirchner sirvieron para explicitar el armado político de Alberto Fernández. Son los gobernadores e intendentes partidarios, los grandes gremios, la mayoría de los movimientos sociales y líderes kirchneristas como Jorge Ferraresi, Agustín Rossi y Aníbal Fernández que hasta hace poco eran incondicionales de la vicepresidenta. Ese armado político lo completa la tercera pata de la alianza oficialista: el massismo.

Si bien esta construcción le alcanza al presidente para posicionarse internamente como el “candidato inevitable” del oficialismo, no le alcanza para ganar una elección general y ser reelecto. Primero lo espera una pelea interna en la que podría tener que enfrentarse a un candidato de su vice. Porque Cristina también está en campaña, pero es consciente de que ni ella ni ningún dirigente que esté asociado a su apellido o a la polarización tendría chances de ganar.

El difícil objetivo de Cristina, es crear un nuevo candidato que parezca un portador sano de cristinismo, un nuevo Alberto. Para enfrentar al actual mandatario o, al menos, para demostrarle que lo puede hacer. Su candidato es el ministro Wado de Pedro. En noviembre, uno de sus asesores le preguntó a un experto en comunicación: “¿Cuál sería la mayor fortaleza de Wado si decidiera a candidatearse?”. La respuesta escrita fue: “Su mayor fortaleza es su mayor debilidad: sus problemas de tartamudez”. El ministro ya asumió que esa dificultad genera empatía en sus interlocutores y que será una herramienta, no explícita, de campaña.

El problema para el cristinismo es que, en 2023, el truco del candidato moderado comandando el frente electoral va a estar gastado. Ya se sabe que el formato de presidente catalizador de tensiones internas, como es Alberto Fernández, genera una gestión tortuosa del Estado. Y, en todo caso, para eso ya está el original.

El desafío, tanto para el cristinismo como para el peronismo, es cómo –aun ganando la interna–, convencerán a una mayoría para que los vuelva a votar.

por Gustavo González

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