Thursday 18 de April de 2024
Perfil

La peligrosa indignación de Sergio Berni

PODCASTS | Por Edi Zunino | 12 de June 11:54

A Sergio Berni, el actual ministro de Seguridad de Axel Kicillof, se le podrán decir muchas cosas, menos que no le pone el cuerpo a su función, sin importar el día, la hora, el lugar o la circunstancia. Es más: pareciera que cuanto peor pinta la escena, Berni se siente más a sus anchas. Y eso le llegó a jugar muy en contra: recuerden la cantidad de cosas que le dijeron por haber sido el primer funcionario que llegó al departamento del fiscal Alberto Nisman la noche que apareció desangrado en el baño.

Berni es cinematográfico: a veces pareciera producido por Pol-Ka. O Sebastián Ortega, para ser ideológicamente más coherentes. Se armó un “ministerio móvil” en un motor-home, le gusta caer coleando la moto a un operativo, “disfrazarse” con los uniformes de ocasión: antiflama, máscara anti-gases, handy en mano… Por qué no chumbo en mano…

Es muy milico Berni. Es militar. Es muy kirchnerista Berni. Es más de Néstor que de Cristina, pero la que vive es Cristina y no reconoce más jefes que ella. Un K poco frecuente, de mano dura, para el que no hay garantismos que valgan. Pero Berni prefiere decir que, sobre todo, es médico…, cirujano. Corta Berni.

Esta semana fue centro de la polémica tres veces:

•          Cayó de noche en Zárate para sumarse al operativo de rastreo de los asesinos de un jefe de Gendarmería. Llevaba un “Kit Roni”, un sofisticado aplique con mira y linterna que convierte una pistola 9mm en un fusil.

•          Cayó de día en la Autopista Ricchieri, a despejar hablando una protesta del barrio Villa Lucero por el crimen de un fumigador. “Esto es una locura epidemiológica”, les dijo, por juntarse sin distancia social en medio de la pandemia.

•          Y terminó reclamando en la tele que el Gobierno Nacional no lo apoya y que la provincia de Buenos Aires es inviable si la Nación no la asiste, sobre todo en materia de seguridad.

Suena muy grave. Gravísimo diría. Y extraño al extremo, porque la Nación y la Provincia son gobernadas por el mismo grupo político. La falta de diálogo y de criterios con la ministra nacional, Sabina Frederic, había saltado desde un principio. Pero parecían conflictos más bien teóricos, que ahora se presentan más bien prácticos.

Ni bien Berni llegó al corte de la Ricchieri le preguntó a uno de sus colaboradores: “¿Dónde está la Gendarmería? ¿Las autopistas no son jurisdicción nacional?”. Volvió a preguntar lo mismo un rato después, ya enojado y mirando al cielo como quien le pregunta a Dios, luego de recorrer la Villa Lucero, infectada de narcos. “¿Dónde están la Federal y la Gendarmería? ¿El narcotráfico no es un delito federal?”.

Berni habla más con Diego Santilli que con autoridades nacionales. Con el vicejefe porteño, que está a cargo de la Seguridad, coinciden en que, los mismo que en materia de salud, la Ciudad y el Gran Buenos Aires deben ser considerados una sola cosa, donde convive el 40% de la población total del país.

Le planteó el problema a Axel Kicillof, pero el gobernador no tuvo respuestas para darle. Berni está llegando a la conclusión de que “al Gobierno Nacional no le interesa la seguridad, será cuestión de creer o reventar”.

Se equivoca Berni. Si así están las cosas, será cuestión de creer Y reventar.

Columna de Edi Zunino para Radio Perfil FM 101.9

por Edi Zunino

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