El presidente Joe Biden organizó la Cumbre por la Democracia que había prometido poco antes de asumir, en el marco de sus esfuerzos por establecer una nueva disputa hegemónica con China y con Rusia, que se base en algo más que las ayudas económicas y las inversiones. Un terreno en el que Beijing le lleva la delantera, ya que se ha convertido en el principal socio comercial de la mayoría de los países del mundo, incluyendo principales aliados de Estados Unidos.
Biden trata de establecer la narrativa de la defensa de la democracia con esta invitación a un centenar de países, entre ellos Argentina, pero con un criterio de selección muy polémico, dejó afuera a China y Rusia pero sí invitó a Hungría.
Otro elemento complicado para el desarrollo de esta estrategia es la situación de la democracia en los propios Estados Unidos, recordando la toma del capitolio en manos de fanáticos trumpistas y aún hoy el porcentaje de norteamericanos que no reconoce la victoria de Biden es altísimo.
por Santiago Farrell
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