Tuesday 23 de April de 2024
Perfil

Jamil Mahuad: "El dólar se usaba mucho antes de que fuera la única moneda en Ecuador"

PODCASTS | Por Jorge Fontevecchia | 26 de August 14:04

Fue el presidente que tomó una decisión que cambió la economía de su país: dolarizar la moneda. Su libro “Así dolarizamos el Ecuador. Memorias de un acierto histórico para América Latina” tiene resonancias en una Argentina bimonetaria en la que los problemas macroeconómicos se suceden. Destaca el rol de Domingo Cavallo, critica con dureza a Rafael Correa y cree que las propuestas del Consenso de Washington ya no funcionan como un traje de talle único para la región.

Usted señala en su libro que se daban diferentes condiciones para dolarizar el país: un flujo de recursos externos negativos, altísimas tasas de interés que no había frenado el dólar, exorbitantes tasas de interés que se continuaban, 70% de la economía ya dolarizada y un círculo vicioso de compra de dólares y envío de dólares al exterior. Actualmente, la vicepresidenta y ex presidenta de la Argentina, Cristina Kirchner, hablaba del problema de la economía bimonetaria de la Argentina como un mal endémico que no se puede superar. ¿Encuentra un paralelo con su propia experiencia en Ecuador?
La dolarización cumplió 21 años en el Ecuador. Es la política pública económica de más larga data en el país. En encuestas recientes se establece que más del 90% de la población no quiere oír de salir de la dolarización. Tiene un respaldo masivo. En la última elección para presidente casi que fue el eje de la campaña electoral. Los electores se separaron entre quienes decían que hay que salir de la dolarización, encabezados por Andrés Arauz, y el candidato que ahora es nuestro presidente, Guillermo Lasso, que decía que había que mantenerla. Arauz, cuando vio que perdía votos, trató de recular, pero ya sus palabras estaban dichas. La dolarización está considerada como la más importante política económica tal vez del siglo, o por lo menos de los últimos 70/80 años. Se debe a sus resultados. La gente apoya aquello que le beneficie y le hace bien. La dolarización mató la devaluación monetaria por principio al eliminar la moneda nacional, pero mató una inflación que tenía brotes de hiperinflación en los últimos meses anteriores a la recesión. Blindó los salarios de los trabajadores, los incorporó al circuito económico. De pronto, las personas más pobres encontraron que su salario en el mes de diciembre de un año era igual en su poder adquisitivo al de enero de ese año. Antes, al final lo que percibían era mucho menos. Al tener los salarios poder de compra, se convirtieron en sujetos de crédito en los bancos y casas comerciales. Pudieron tener acceso a vehículos, a refrigeradores, hasta a casas. Se les podía dar dinero porque tenían capacidad de pago. Adicionalmente, cambió el criterio de muchas empresas privadas ecuatorianas, que tuvieron que centrarse en mejorar su productividad. Ya no se podía devaluar como medida para competir con otros países. Fue un ancla para un país tan inestable como es el mío. Al tener el dólar como moneda también se volvió más atractivo para algún tipo de inversión extranjera. Los resultados son los que recomiendan la dolarización. Cuando fui derrocado por un golpe de Estado y vine a Estados Unidos, mi país había caído 7% del PBI. Creció el siguiente año al 5%. Muchos me preguntaban por qué no recomendaba de manera frontal y para todo el mundo la dolarización. Mi respuesta era que si caímos 7 y luego rebotamos el 5, todavía estábamos -2 respecto a antes. La dolarización fue una salida para el Ecuador, para las condiciones de mi país en ese momento. Pero debe ser analizada en cada país. Muchas de las cosas que se dijeron sobre mi país no tienen ni pies ni cabeza. Por eso no deseo hace lo mismo con otras naciones, convertirme en una suerte de profeta de lo que deberían hacer los demás. Pero en buena hora si la experiencia ecuatoriana sirve.

Usted habló de la idea de “cuco”. ¿Cómo sería el concepto?
El libro tiene cuatro elementos. Es una narración histórica, un relato; un análisis racional de la situación de un país en el momento más crítico de su historia; también tiene una interpretación histórica, y un juicio valorativo. Creo en el servicio público. Es lo que estudié en mi vida. Analicé por qué ciertas políticas públicas se convirtieron en estables en un país tan volátil. Por ejemplo, la paz con el Perú y la dolarización. Se debe a que cumplen tres requisitos. Tiene primero una base técnica; en el caso de la paz eran la historia y la geografía. En el de la dolarización, la base era económica. Hay que ver las cifras: analizar las divisas en el Banco Central, la masa monetaria, las tendencias del comercio internacional, entre otras variables. El segundo elemento es la prueba del “cuco”. Es una expresión que inventé, que toma las dos primeras letras de dos palabras: “cu” de “culturalmente” y “co” de “compatible”. La política pública que se piensa implementar no deberá ser simplemente importada, sino que deberá ser culturalmente compatible con la realidad del país que la recibe. En Ecuador el dólar se utilizaba mucho. Había muchas remesas de inmigrantes ecuatorianos que salieron por la brutal crisis económica que teníamos. Aun en las capas más pobres, estaban familiarizados con el uso del dólar. Pasaba el test del “cuco”. Era socialmente aceptable, era culturalmente compatible. Para una política pública se precisa un pacto, una coalición o un acuerdo que la sostenga. Que no se cambie a los cuatro meses o a los tres años porque cambió el gobierno y las ideas de quienes están en el poder. Entonces si tenemos base técnica, aceptación social y acuerdo político, una política pública puede mantenerse. Si la población la respalda como ocurrió con la paz y con la dolarización desde el principio, seguirán como hasta ahora.

Domingo Cavallo en el prólogo de su libro dice: “Hoy Ecuador enfrenta una situación muy similar a la de Argentina a finales de la década del 90; aun viviendo un clima de estabilidad de precios, enfrenta a un clima recesivo y deflacionario y volvió a acumular deuda pública”. ¿Existe algún riesgo de que Ecuador pueda tener que salir de la dolarización? Por ejemplo, si no pudiese encontrar formas de financiamiento en los momentos críticos.
El riesgo siempre existe. La dolarización es un ser vivo y como tal necesita alimentarse, respirar y moverse. Puede morir por inanición, si no come; por asfixia si no respira y por inmovilidad si está maniatada. El alimento son los dólares que ingresan al Ecuador. Ingresan por exportaciones, préstamos, remesas, inversión extranjera. Necesitamos un flujo de dólares para que el organismo siga comiendo. Sobre la asfixia hay un debate permanente en todo el mundo sobre qué porcentaje del PBI debe ser realizado por el Estado y cuál por el sector privado. En el Ecuador, el sector privado tiene que jugar ese rol y el Estado, un papel subsidiario. Donde no pueda el sector privado hacerlo por sí mismo, necesitamos del Estado, pero no debe sustituir al sector privado en lo que sí puede hacer. Debe regularlo, controlarlo, evitar abusos, pero debe dejar que se mueva. A raíz del gobierno de Rafael Correa, se incrementó rol del Estado con las ideas del socialismo del siglo XXI. De tal manera que un Estado que equivalía al 20/25% del Producto Interno Bruto llegó a superar el 35%. En un año llegó a estar en 43,7%. Prácticamente casi la mitad de la actividad económica de Ecuador dependía del gobierno. Entonces cuando el Estado hace eso, como los recursos son escasos y hay que distribuirlos y toma una parte tan inmensa, empieza a asfixiar al resto de la economía que se queda sin recursos, sin oxígeno. Para financiarlo cobra impuestos más allá de lo aconsejable. Toma recursos del sector privado. Muchos recursos depositados por los bancos en el Banco Central estaban para garantizar el pago de los depósitos, a través de una serie de decisiones administrativas, fueron utilizados por el gobierno para financiar el déficit. A lo que se sumó una formidable deuda externa. El petróleo estaba a un precio altísimo, como nunca. Llegó a superar los 100 dólares por barril. Para tener una idea en mi gobierno llegó a costar 7 dólares. El presidente Correa recibía por cada barril de petróleo, la principal exportación ecuatoriana, veinte veces más que yo. Y sin embargo, no le alcanzó el dinero y tuvo que endeudar al país. El libro fue a imprenta en diciembre de 2020. El prólogo de Domingo Cavallo se escribió alrededor de ese mes. Lo que dice sigue vigente hoy.

Escuchá la entrevista completa en Radio Perfil FM 101.9.

por Jorge Fontevecchia

Galería de imágenes

Comentarios

Espacio Publicitario

Espacio Publicitario