Anoche, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, que en todo este tiempo dio gala de capacidad y sensatez, sintió que tenía que salir a aclarar algo que, si lo hizo, no está para nada claro.
Cito a Quirós:
• ''Liberamos los bares -dijo- no como una invitación a salir. La idea que, si vas a reunirte con alguien porque no podés sostener el cuidado en tu casa, lo hagas en un lugar seguro”.
• ''La política de apertura de bares al aire libre y de actividad física son políticas de gestión sanitaria para poder acompañar el cumplimiento de las pautas de la cuarentena. Porque seguimos en cuarentena y la cuarentena anticipada fue lo que evitó una catástrofe sanitaria''.
• ''Yo no voy a bares -explicó el ministro- porque tengo una condición diferente a la de la mayoría. Trabajo todo el día. No tengo la sensación de angustia por encierro que tiene mucha gente''.
En síntesis: los bares no se reabrieron para living la vida loca, sino para descomprimir claustrofobias, es decir, trastornos psicológicos y psiquiátricos. Y, de paso, para rehabilitar fuentes de trabajo
Quirós habló al cabo de un fin de semana en el cual las principales novedades sobre la pandemia vinieron desde Europa, donde volvieron las alertas y los controles rigurosos ante una segunda ola que está multiplicando los contagios de a decenas de miles. Hubo protestas en Londres contra el regreso de las medidas estrictas y también las hubo en Madrid, aunque en la capital española se dieron, por otro lado, homenajes al millón de muertos que ya se cobró el Covid-19 a nivel mundial.
Con los resultados a la vista, se instaló la idea de que Alemania fue el país que mejor enfrentó el problema. Por eso tal vez sea bueno escuchar lo que dijo uno de los principales impulsores de la estrategia sanitaria alemana, el virólogo Christian Drosten, en una entrevista a la cadena estatal DW.
Cito a Drosten:
• “La pandemia está apenas comenzando, también aquí en Alemania”.
• “No tenemos nada que enseñarle a nadie, como mucho podemos hablar de las lecciones de la primera ola en Europa. Estamos analizando qué cosas cambiar, sabiendo que deberemos ser pragmáticos en las decisiones”.
• “Nosotros reaccionamos exactamente con los mismos medios que los demás, sólo que lo hicimos cuatro semanas antes”.
• “Es muy importante informar bien y de forma amplia a la población. Y si los políticos usan la pandemia para sus mensajes partidarios, el daño puede ser muy grave. Esto no es un fenómeno científico: es una catástrofe natural”, definió el principal asesor de Angela Merkel en temas sanitarios.
Atendamos lo que pasa en Europa. Se da por hecho que, de no haber usado la experiencia previa europea del primer cuatrimestre, de este lado del charco estaríamos muchísimo peor. Hay pruebas cercanas, con una montaña de muertos y no muchos menos padecimientos económicos. No hay vacuna. Y enojarse es inútil. Hay que seguir remando.
por Edi Zunino
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