La explosión de la presa Nova Kajovka, en la ciudad ucraniana Jersón, generó una catastrófica inundación.
En medio de la tragedia se discute qué fue, o quién, lo que provocó el estallido. Para unos y otros la catástrofe juega a favor de los planes del contrario.
Mucho se ha escrito sobre las consecuencias en la vida de las personas que habitan las zonas afectadas y el impacto en el medio ambiente, pero poco sobre las consecuencias económicas.
El Banco Mundial realizó estimaciones multimillonarias sobre el costo de la reconstrucción de Ucrania, y puede preverse que grandes constructoras de Estados Unidos y Europa ya estén desplegando su poder de lobby.
Escuchá la columna de Sergio Manaut, desde Madrid, para Radio Perfil.
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