Tuesday 23 de April de 2024
Perfil

Fabiola, un novelón de la tarde | Carpinchos refugiados en los jardines de Olivos

PODCASTS | Por Edi Zunino | 24 de August 11:59

Suele decirse que “de los laberintos se sale por arriba”, lo cual sería hacer trampa, porque se supone que esas volteretas fueron diseñadas para superarlas con inteligencia y sentido de la orientación. Claro que los laberintos son juegos de niños ricos con tristeza de otras épocas, cuando sobraba tiempo. Pedir paciencia y arte de la estrategia en la política actual sería como pedirle al olmo que dé peras. O piedad en Twitter. Igual a todos nos gusta que nos quieran y pedir clemencia suele ser un modo habitual de demandar cariño, aunque bastante al límite.

¿Hay algo que pueda generar más compasión que un bebé? Voy al grano: ¿Fabiola Yáñez está embarazada y se espera el momento más prudente para comunicarlo? ¿O el Gobierno está jugando deliberadamente con ese rumor, falso o verdadero, para exhibir algo de pureza y tratar de salir por arriba del escandalete de Olivos, que no tienen ni la más mínima idea de cómo superarlo? La verdad, a esta telenovela sólo le faltan carpinchos refugiados en los jardines de la quinta presidencial. No me digan que no sería lindo ver cómo Dylan y Prócer y Kaila y el cachorrito Blue son capaces de incluir a esos roedores enormes discriminados por los “chetos” de Nordelta.

La cuestión es que el otrora “gobierno de los científicos” parece haber entrado de cabeza en modo culebrón. Los runrunes del embarazo de la primera dama los tira Moria Casán, los atiza Vicky Xipolitakis y los da por confirmados sin que lo estén el rey del chimento, Jorge Rial. Mientras tanto, el caso judicial por el cumpleaños de Fabiola en plena cuarentena decretada por el marido se puebla cada día más de abogados mediáticos: ya están ahí los que Yáñez comparte con la misma Moria y Andrea del Boca, ya está Mauricio D’Alessandro y está en gateras para sumarse Fernando Burlando.

El clima de comedia dramática contagió a la prensa seria. El distinguido diario La Nación, por ejemplo, está a la espera del “inminente anuncio” desde el jueves pasado y los editoriales del fin de semana en general tuvieron espacio para el asunto y sus derivaciones, incluso las más conspirativas. Todos sabemos que una especie de este porte tiene un enorme contenido político. Y más aún si los voceros oficiales y hasta el Jefe de Gabinete hablan del tema, pero sin confirmarlo ni desmentirlo y adjudicándolo estrictamente, por supuesto, a la “vida privada” del gobernante y su consorte.

El silencio y las evasivas forman parte del lenguaje. Y el lenguaje de los dirigentes siempre es político. ¿O el cancionero pandémico de Alberto Fernández o su manada de collies encantadores no forman parte del “costado humano” que todo político quiere transmitir para sensibilizar votantes? La frivolidad del poder suele ser tan intensa como la exageración verbal utilizada para mostrarse discretos.

Desde el punto de vista de la vapuleada comunicación presidencial, tiene sentido el intento de afirmar mensajes en los públicos masivos que consumen los formatos televisivos de la tarde y siguen las repercusiones de esas mismas agendas en redes sociales. Se trata de audiencias masivas y con un alto componente femenino, lo que garantizaría cierta amplificación de la temática desde un ángulo sensible.

Por lo demás, la verdad sobre el embarazo de Fabiola debería salirse pronto del clima de intriga. Se entiende que se tomen su tiempo para confirmar una noticia de esas características. Y es raro no desmentir algo tan fácil de corroborar con un Evitatest.

por Edi Zunino

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