Siempre me gustó la habilidad de Fabián Casas para mezclar todo. El tipo de habla de la más alta literatura y te mete una comparación con Lionel Messi. Tira una idea sobre filosofía y la aplica al Jazmín, el mítico perro de Susana Giménez. Y ese pastiche mental siempre lo convierte en buena literatura, fácil de leer pero no por eso, menos profunda.
Así es Papel para envolver verdura, su nuevo libro, que recopila las columnas escritas semanalmente para el diario Perfil. Cada texto tiene las cualidades de un buen aviso publicitario: es breve, contundente y te deja con ganas de ir por el producto que menciona, ya sea una película, un libro o un autor. Pero también por una situación, una persona o un recuerdo. Es que sin perder acidez ni ironía, Casas te hace sentir que eso que le pasa a él, también te pasa o te pasó a vos. Pero su mirada y su escritura es lo que lo vuelve diferente.
Y ningún tema le es ajeno, como a los buenos periodistas y al buen escritor que es. Casas puede detenerse a contar cómo lleva a sus hijos al colegio y termina hablando del recuerdo emocionado de Ana Ale, una delegada sindical, de Nietzsche y Schopenhauer. O explicar sus aproximaciones al Karate y al budismo, con la misma fascinación con que reflexiona sobre las aventuras de El Zorro, que, nos contó una y mil veces, tanto le gustan a su hija Ana.
Papel para envolver verdura se lee rápido, se disfruta mucho y te da ganas de volver a leerlo. Y de buscar otros textos del autor. Así de seductora es la obra de Fabián Casas, ya sea que hablemos de sus poemas, sus relatos o de la recopilación de sus columnas.
por Carlos Piro
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