Thursday 28 de March de 2024
Perfil

Elilitismo

PODCASTS | Por Edi Zunino | 28 de July 11:27

Según la autopercepción de Elisa Carrió, encima de ella sólo está Dios, porque hasta con la Virgen habla como si se juntaran a tomar el té. Queda claro que Lilita es una gran animadora de la escena nacional. Por derecho propio. Y por la pantalla de TN. Se asume reserva moral de la República. Se asume madre de la coalición opositora. Y se asume como quien más ha hecho para mantenerla unida. Sin embargo, por más que ofrendó el retiro de su candidatura para que hubiera lista única en las PASO, ya que no la hay, reafirmó su alianza con el larretismo y pasó a ser punta de lanza en la pelea interna contra sus viejos correligionarios radicales, que ahora parece que se le animan a todo detrás del neurólogo Facundo Manes.

En apenas tres días de campaña, Carrió ya le dijo incapaz y mentiroso a Manes. Incapaz desde el punto de vista político, por falta de formación y experiencia en el arte de redactar leyes, tal vez porque la nueva esperanza de la UCR es neurólogo y no abogado. Y mentiroso y mitómano porque, para defenderse de aquella acusación, Manes se mostró sorprendido de que, siendo tan inexperto, la propia chaqueña lo hubiera convocado en 2015 para ser su candidato a vicepresidente.

Carrió dijo que no era así. Que lo había ido a ver, en efecto, pero en compañía de quien ella había elegido ya como compañero de fórmula para las PASO de hace seis años, el ex piquetero Toty Flores. Sea como haya sido, lo curioso es que la propia desmentida de Carrió choca contra la acusación de incapacidad por falta de experiencia contra Manes, ya que Flores, en su momento, no fue promovido por Carrió precisamente por ser una lumbrera parlamentaria.

Quiero decir que el elitismo corporativo de Carrió hacia el neurólogo Manes no se correspondería con los gestos de amplitud desplegados hacia el activista social Flores. Salvo que el abrazo a Toty hubiera tenido alguna carga de superioridad maternalista o pura piedad cristiana, lo cual, por más probable que sea, no me consta ni viene al caso.

La cuestión es que el cachetazo exclusivista de Carrió a Manes sonó tan burdo que hasta Patricia Bullrich, la presidenta del PRO, se sintió forzada a salir al ruedo para bajar los tonos y evitar heridas internas que después va a ser difícil curar. Porque las PASO pasan. Recordó que ella fue diputada 3 veces y que, la primera vez, descubrió que en la Cámara el 98% eran abogados. “Hoy hay más diversidad”, dijo la dura Bullrich. Y remató: “La redacción de la ley no es una atribución que solo puede tener un abogado".

Aun así, Carrió insistió en las diferencias de nivel intelectual con Facundo Manes. Dijo, al recordar aquella reunión de 2015: "Tuve una fuerte discusión académica porque el señor desconocía los tipos de conocimiento, el práctico, el teórico, el místico, y solo reconocía el conocimiento neurocientífico. El tipo de conocimiento que surge de la poesía, de la filosofía, de las humanidades y es algo que no estaba en su registro, con lo cual fue un diálogo fuerte de discusión académica".

Es tiempo de griterío. La duda de siempre radica en cuánto construye esta manera tradicional de confrontar. Digo duda, pese a que los escombros parecen hablar por sí mismos.

por Edi Zunino

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