La extrema derecha ya no asusta en Francia. Cinco años atrás el actual presidente y hoy candidato a la reelección, Emmanuel Macron, se benefició de la movilización “anti Marine Le Pen”, y los valores que ella representa.
El próximo domingo se jugará su permanencia en el Elíseo y ante la misma rival, lo hará en un nuevo escenario político.
El voto liberal, tomado como compromiso con los derechos constitucionales, da la impresión de amortizar la existencia de partidos que atentan contra esos derechos desde la legalidad democrática.
A este fenómeno hay que añadirle el proceso de disolución que está experimentando tanto el centro izquierda como el centro derecha, así quedó reflejado en los pésimos resultados del partido Socialista y Republicano en la primera vuelta de estas elecciones.
Marine Le Pen salió airosa para todos, y ganadora para muchos, del debate que tuvo con el presidente el pasado miércoles. Le Pen supo leer las preocupaciones y el enojo de los votantes, sentándose en la mesa del debate con el objetivo de seducir al votante obrero y anti establishment.
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por Sergio Manaut
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