Mientras la Cancillería argentina y algunos de sus embajadores especialmente en la región acumulan escádalos, idas y vueltas, declaración controvertidas, y pasos en falso, hay un diplomático de nuestro país que está cobrando cada vez más protagonismo en la escena internacional y sobre el que concluye la tensión de las grandes potencias, especialmente para su gestión. Se trata del embajador Rafael Grossi, titular de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que desde hace meses está tratando de llevar nuevamente a las mesas de negociaciones tanto a Irán como a Estados Unidos (EEU) para que se vuelva a firmar el acuerdo que Donald Trump rompió unilateralmente en 2018, para que Irán acepte inspecciones internacionales de su programa nuclear y quede en claro que no quiere desarrollar armas atómicas.
Cuando Trump anunció su retiro y además aplicó sanciones, Irán comenzó a acelerar su proceso nuclear, lo que preocupa a las grandes potencias. Aquí hay que incluir no solo a EEUU, sino también a China y Rusia.
Ahora el presidente Joe Biden ha dado muestras de que está dispuesto a negociar el regreso de Irán, para quién también es importante no perder el apoyo de China y de Rusia, que verdaderamente quieren que vuelva a sumarse a ese acuerdo que también incluía a EEEUU y a la Unión Europea.
Un diplomático argentino está ocupando un lugar central en una negociación que tiene influencia en todo el mundo.
por Santiago Farrell
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