Aquel martes se inauguraba en el Reino Unido una nueva Cumbre del G8 y, el día anterior, Londres había sido elegida sede de los Juegos Olímpicos 2012.
Se iniciaba, además, el juicio al imán fundamentalista Abu Hamzá, acusado de haber planificado y ejecutado varios actos de terrorismo. A las 8:50 comenzó uno de los peores atentados perpetrados en Europa durante las últimas décadas
La primera explosión se produjo en el túnel que une las estaciones de Aldgate East y Liverpool Street, donde se encuentra el centro financiero londinense. Una segunda detonación se registró a las 8:56 entre las céntricas estaciones de King's Cross y Russell Square. Veinte minutos más tarde, una tercera explosión ocurrió en la estación de Egdware Road.
Una hora después de la primera detonación, una cuarta bomba estalló, esta vez, en un autobús de doble piso en Tavistock Square. Las explosiones paralizaron el sistema de transporte público de Londres en plena hora pico sumiendo a la ciudad en un verdadero caos.
Ese mismo día, la BBC News informó que en un sitio web de Al Qaeda se había publicado un comunicado en el cual el grupo fundamentalista asumía la responsabilidad de los atentados. En el mensaje, la organización terrorista afirmó que los ataques fueron una respuesta a la participación británica en la invasión Iraq en el 2003 y a la de Afganistán por parte de Estados Unidos.
El dato inquietante fue que tres de los cuatro terroristas habían nacido y crecido en Beeston, un barrio obrero de Leeds, una de las ciudades industriales del norte de Gran Bretaña.
Guión de Javier Pasaragua y locución de Pita Fortín, para Radio Perfil.
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