En el corto plazo los aportes del Fondo Monetario Internacional (FMI) elevaron las reservas de Argentina, pero el 22 de septiembre y el 22 de diciembre vencen amortizaciones del fondo. Esos Derechos Especiales de Giro (DEG) van a ser utilizados para pagar estas amortizaciones.
En ese caso Argentina quedará con un saldo deudor de u$s 40.000 millones con el organismo. A partir de octubre el Gobierno lograría una reducción en las tasas de interés, que actualmente es del 4% anual y pasaría a una tasa anual del 1,05%. A su vez el Gobierno buscaría mayor financiamiento con más DEG. Aparentemente está negociando con Rusia, con México y con Portugal para que le presten los DEG que también recibieron por parte del FMI.
Todas estas mejoras con la deuda del FMI no estarían moviendo el amperímetro de la actividad económica local. Argentina sigue sin inversiones, con un bajo nivel de empleo y los salarios reales siguen en baja, que es lo que verdaderamente necesita el país para mejorar. Por lo tanto el país sigue sin recaudar lo que necesita para gastar, sigue sin cubrir su déficit fiscal y el déficit fiscal que tiene Argentina no es financiable, ya que no puede recibir crédito externo.
En estos días se está por experimentar la tercera licitación de agosto. La primera no fue exitosa para nada y la segunda fue mejor. Hasta el mes de julio el déficit fiscal se venia financiando en un 66% por emisión del Banco Central y un 34% por deuda en el mercado interno.
Ahora lo que desea el Gobierno es reducir a un 60% lo que se financia con el Banco Central y elevar al 40% lo que logra financiarse a través del mercado interno.
por Julieta Colella
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