Suele ocurrir que una empresa de familia no tiene todos los mercados que le resultarían apetecibles, o no tenga productos/servicios que querría que formen parte de su plan de negocios y plan estructural.
Asociarse con terceros pone en juego, de una forma o de otra, el prestigio de la empresa familiar, de la familia y el esfuerzo de sus miembros. El hecho de tener una mala experiencia puede afectar las relaciones familiares.
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